La Fundación Charles Darwin (FCD) y la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) informaron, a través de un comunicado, que nuevos individuos del pájaro brujo se han sumado a la población de la especie por segundo año consecutivo. El nacimiento es una buena noticia pues el ave está en peligro crítico de extinción de la isla Santa Cruz.

Según la FCD, esto se debe a un ambicioso programa de manejo experimental para reducir los impactos de las especies invasoras en esta emblemática ave.

El pájaro brujo (Pyrocephalus nanus), clasificado como Vulnerable a la extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ya ha desaparecido de la isla Floreana y es muy raro en otras islas grandes como Santiago y Santa Cruz.

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En Santa Cruz, sus números han disminuido drásticamente en las últimas décadas y los científicos estiman que quedan un máximo de 30 parejas. La mayoría de ellas se encuentran en la zona de Mina de Granillo Rojo, un bosque de Scalesia muy alterado por la mora, considerada una especie invasora y otras plantas introducidas.

La mayor amenaza de esta ave es la mosca vampiro aviar. Sin embargo, los tratamientos de sus nidos para eliminar las larvas de la mosca no fueron lo suficiente para asegurar el éxito de los nidos y evitar su abandono. Esto sugirió que otros factores estaban afectando a esta especie.

A partir de observaciones sobre el comportamiento de búsqueda de alimento, los científicos plantearon la hipótesis de que las aves no estaban obteniendo suficientes presas de alta calidad energética para mantener a sus polluelos y a sí mismo. Esto debido a que los densos matorrales de la mora estaban impidiendo que las aves tengan acceso al suelo y obtengan su alimento preferido, como orugas y arañas.

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La mayor amenaza de esta ave es la mosca vampiro aviar. Foto: Cortesía Rashid Cruz

En 2018, la FCD y la Universidad de Viena, junto con la DPNG, iniciaron un programa experimental de manejo holístico de 3 años que incluía la restauración del bosque de Scalesia mediante la eliminación de la mora, el control de roedores y la inyección en la base de los nidos con un insecticida de bajo impacto para reducir el número de larvas de la mosca vampiro aviar.

Este manejo experimental resultó ser exitoso y nuevas aves se están incorporando a la población de Santa Cruz.

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En 2020, estas intervenciones dieron como resultado la incorporación de al menos seis volantones a la población. No pudimos visitar los nidos restantes debido a las restricciones de cierre por la pandemia de COVID-19. Este año, ocho aves salieron de los nidos, el mayor número desde que empezamos a monitorear en 2017. Se trata de una buena noticia, ya que cada volantón le da más esperanza de mantener viva esta población extremadamente pequeña”, indicó David Anchundia, científico del proyecto.

En tanto, Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos, afirmó que estos resultados son alentadores por lo que planifican ampliar la zona de intervención lo que contribuirá a aumentar el tamaño de la población de esta ave en la próxima temporada “para que el pájaro brujo recupere sus espacios en la isla de Santa Cruz”.

Los estudios realizados han demostrado que es necesario un enfoque de manejo integrado, que incluya la restauración del hábitat, para garantizar el éxito de la anidación. Sin esto, los nidos son abandonados en una fase muy temprana de la incubación, indica la FCD.

“En las seis parcelas experimentales de una hectárea en las que se ha eliminado la mora se está observando la recuperación natural de varias especies de plantas endémicas y nativas, entre ellas la amenazada árbol de margarita gigante el cafetillo de Galápagos y los helechos arborescentes. Así, estas acciones de manejo también están beneficiando la restauración del bosque de Scalesia, uno de los hábitats más amenazados del archipiélago”, señaló la FCD. (I)

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