Tengo una linda familia con mi mujer y mi hija maravillosa. Ella es cristiana, le gusta ir a los cultos, pero a mí casi no me gusta. Tenemos problemas en ese sentido, se molesta mucho. Estudia en la universidad y trabaja medio tiempo. Tenemos muchas discusiones, porque ella me dice que yo no la mando, que puede salir con sus amigas de la universidad y no tiene que darme explicaciones, que le dé su espacio. Le doy libertad para casi todo, pero cuando le digo que no o que no me gusta, se enoja. No quiere que la visite en el trabajo. Ella es muy alegre con muchas personas, pero cuando llega a casa cambia el carácter, dice que la estoy vigilando. Realmente la amo mucho. Sé que tiene muchas cosas buenas; es como el diamante, solo tengo que pulirla. Me pongo a pensar de qué vale que vaya al templo a escuchar la palabra de Dios si no le gusta ser una mujer sumisa. Me molesta mucho y llega un punto en el que exploto. Todas las mañanas le pido a Dios que me dé paz, amor y mucha sabiduría en unión de mi familia.

Un hombre desesperado

Gracias por escribirnos y consultar a través de El Especialista. En una relación de matrimonio siempre existen cosas buenas y malas: estas servirán de lección, aprendizaje y crecimiento a lo largo de la vida.

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En medio de las experiencias difíciles que se atraviesan en el matrimonio, rescate siempre lo bueno, y lo bueno que usted menciona es que tiene una linda familia, con una esposa e hija maravillosa, las cuales son una bendición para usted; también expresa que su esposa es muy alegre.

Aproveche esta fortaleza y virtud en ella analizando qué genera esa alegría en su esposa; tómese tiempo para conocerla un poco más, observe e incluya acciones que estén relacionadas con las necesidades que ella requiere y no las que usted piensa que necesita.

Hay otro valor importante y tal vez el más significativo: el amor. Usted menciona que la ama. Y solo el amor es el bálsamo que sana toda herida y el que le proporciona sabiduría, paciencia y prudencia para lo que viene más adelante.

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No se enfoque en lo malo, enfóquese en lo bueno que tiene en esta relación. Ustedes tienen una ventaja grande y es que profesan una misma fe, y esta fe es la que les va a generar poder para resistir las pruebas, felicidad que necesitan para sostener a la familia y el gozo para resistir el mal tiempo, si tan solo se afirman y fortalecen en Dios.

Use el amor, la fe y la esperanza como pilares y fuentes de vida para la sabiduría que usted está necesitando.

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Mg. Toyi de Jácome,

psicóloga y terapeuta familiar.

Teléf. 099 402 1070