Con la experiencia que le otorgan varias décadas de trabajo para las cadenas de moda más importantes del país, la guayaquileña María Elena Robalino decidió fundar su propia marca durante la pandemia y la bautizó como Lemaler (un acrónimo de su nombre).

Con el apoyo profesional de sus hijos, quienes hoy dirigen los departamentos de Marketing, Diseño y Producción, se aventuraron a lanzar en línea sus primeros productos en el 2020, con una gran acogida.

Pronto, decidieron avanzar hacia la creación de colecciones completas. La última, Alegría de Vivir (fotos), se encuentra hoy también disponible en su primera tienda física, recientemente inaugurada con éxito en el centro comercial Riocentro Entre Ríos, planta baja (local 24-25).

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“La pandemia fue muy dura para el sector textil, porque todo se paralizó”, recuerda Robalino. “Tuvimos que reinventarnos y decidimos hacer algo por nuestros propios medios, y allí se nos ocurrió crear la marca. Fue difícil meternos en un mercado que era totalmente nuevo para nosotros; fue un aprendizaje general, y por eso nos hemos tardado año y medio en lanzarnos al siguiente paso, que era la apertura de la tienda. Pero es un proyecto que recién empieza, porque pensamos tener más tiendas”, resume la empresaria, quien prefiere el lino y el algodón en sus prendas, pero sin limitarse exclusivamente a esos textiles.

María Elena Robalino, fundadora de Lemaler. Foto: Cortesía

La inspiración para Joie de vivre llega al imaginar el reencuentro de las familias y amigos tras los meses de cuarentena debido al COVID-19.

Lo que hemos vivido ha hecho que todos pongamos los pies sobre la tierra y aprendimos a disfrutar más de la naturaleza, de su belleza en familia”, comenta. “Cada una de las prendas se inspira en la naturaleza, con colores tierra, y por supuesto, no pueden faltar los estampados botánicos con flores y hojas”. Además, por motivo de las festividades de diciembre, agregó vestidos con un toque más elegante.

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La colección se presentó en el evento denominado 'White sunset'.

“Estoy muy agradecida y contenta. Agradecida con Dios, porque realmente siempre vamos de la mano de Él en todo lo que hacemos; y también, si no fuera por todo el público y los clientes que nos han abierto las puertas increíblemente, hoy no estaríamos contando esta historia”, expresa María Elena con una sonrisa de satisfacción que refleja una mujer que ama lo que hace y que, a través de su trabajo y testimonio, espera también inspirar a otras a construir sus propios sueños.