Uno de los trucos más conocidos cuando tu celular sufre algún accidente bajo el agua es ponerlo inmediatamente dentro de una cacerola o bandeja con arroz crudo. Sin embargo, expertos tecnológicos aseguran que no es efectivo ni se trata de un milagro.

Cuando un teléfono celular sobrevive al agua es gracias a su resistencia, solo de esa forma se evita que el dispositivo sufra daños como humedad en la lente, líquido en la pantalla, audio alterado, daños en el pin de carga, o que “se muera”, recoge el portal especializado Gizmodo, y ejemplifica el caso con ciertos modelos.

Según la publicación, el iPhone 12 y el Samsung Galaxy S21 tienen una clasificación IP68, que es la Clasificación de Protección de Ingreso (o Clasificación Internacional de Protección), aunque se conoce más comúnmente como una calificación IP.

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  • El iPhone 12 tiene una profundidad de inmersión permitida de un máximo de 6 metros durante 30 minutos.
  • El iPhone XS y el iPhone XS Max tienen la clasificación IP68 del estándar 60529, con profundidad máxima de 2 metros durante un máximo de 30 minutos.
  • El iPhone XR, iPhone X, el iPhone 8, el iPhone 8 Plus, el iPhone 7 y el iPhone 7 Plus tienen la clasificación IP67 con profundidad máxima de 1 metro durante un máximo de 30 minutos.
  • A nivel de Android, el límite de inmersión del Galaxy 21 es de hasta 1,5 metros, también durante 30 minutos.

El iPhone y la mayoría de los dispositivos iPod fabricados con posterioridad al año 2006 tienen indicadores de contacto con líquidos integrados que manifestarán si el dispositivo estuvo en contacto con agua o algún líquido que contenga agua.

Entonces... si el arroz no es un método fiable, ¿qué podemos hacer para arreglar un teléfono que ha recibido agua? Los expertos en el tema recomiendan seguir estos pasos:

  • Apagar el dispositivo inmediatamente y no caer en pánico ni presionar ningún botón.
  • Si tu teléfono es resistente al agua (según la fábrica), pero se cayó sobre una bebida o cloro, las empresas de Apple y Samsung recomiendan enjuagarlo sumergiéndolo en agua corriente.
  • Luego debes secar el teléfono con toallas de papel o un paño suave.
  • Agitar suavemente el dispositivo para eliminar el agua de los puertos de carga, aunque evitando agitarlo enérgicamente, ya que esto podría esparcir el líquido en el interior.
  • Retirar la tarjeta SIM y secarla con toallas de papel o servilletas.
  • No hay que usar secadora caliente, ya que el calor puede averiar los sellos de goma y dañar la pantalla; la opción correcta será frente a un ventilador.
  • Dejar el teléfono en un recipiente hermético.
  • No cargar el teléfono hasta que estés seguro de que está seco. Apple, por ejemplo, sugiere esperar al menos cinco horas una vez que un teléfono parece seco antes de cargarlo. (I)