El cambio hacia una educación en línea (o híbrida) representó retos para todas las unidades educativas que continuaron con sus actividades en estos tiempos de pandemia. Resulta interesante conocer cómo enfrentaron esos nuevos desafíos en este segundo año lectivo afectado por el COVID-19 y qué lecciones desean compartir con sus colegas, padres de familia y alumnos.

M. Sc. Rodolfo Chang Hi Fong, rector del Colegio Politécnico (Copol), indica que la amplia experiencia con las herramientas tecnológicas es clave para el éxito de este proceso. “Desde hace más de quince años, nuestra institución utiliza la plataforma Moodle como su campus virtual; en este espacio la comunidad educativa puede agruparse, crear foros y encontrar una serie de recursos pedagógicos para las diferentes materias”, indica sobre esa herramienta que es parte de un sistema informático que facilita la comunicación entre padres, estudiantes y maestros, y permite, adicionalmente, hacer seguimiento de tareas, concertar citas y ver reportes de calificaciones de los estudiantes.

Colegio Politécnico (Copol). Clases en pandemia. Foto: Cortesía. Foto: El Universo

La plataforma de videoconferencias Zoom les permitió establecer el contacto sincrónico entre estudiantes y maestros, y emplearon recursos tecnológicos adicionales, tales como videos, Quizizz y Genialli. Chang añade que implementaron horarios de atención personalizada y refuerzo académico. Y cuando fue permitido, combinaron clases virtuales y presenciales en un formato híbrido.

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Esta experiencia en línea, según el rector de Copol, fue la oportunidad para que los profesores potenciaran sus habilidades, como la expresión corporal, el diseño de guiones interactivos para la clase con un nuevo formato, la producción de videos y artículos explicativos para toda la comunidad, el dominio de tecnología para aulas híbridas, el manejo de plataformas académicas y de comunicación, especialmente, de videoconferencia. Además, buscaron la innovación de material didáctico y el manejo de pausas activas para lograr la optimización de las clases en línea haciéndolas más atractivas e interesantes.

M. Sc. Franklin Barros Morán, docente de Lengua y Literatura de Copol, explica que uno de los aspectos fundamentales ha sido entender que esta coyuntura no solo afecta física, sino mentalmente. “Como docentes debemos ser empáticos. Los alumnos se preocupan por sus familiares afectados o deben asumir funciones hogareñas que, normalmente, no hacen. Ante esto, es necesario contemplar nuevos plazos, considerar otros contextos diarios para apoyar a nuestros estudiantes”.

Además, como profesor de Lengua y Literatura ha tratado de incluir en sus lecturas obras que manejen un contexto similar al de la pandemia, de esta manera han retomado textos como La peste, de Albert Camus; La muerte en Venecia, de Thomas Mann; o El perfume, de Patrick Süskind. Así puedo incorporar estos contenidos al plan lector y mostrarles a los estudiantes que la literatura ha representado estos acontecimientos calamitosos desde una ejecución estética elevada.

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Colegio Politécnico (Copol). Clases en pandemia. Foto: Cortesía. Foto: El Universo

Barros comparte tres cualidades que considera parte importante del profesor en estos tiempos de pandemia:

Creativos: esta cualidad evidencia a un profesor comprometido y que ama lo que hace, sobre todo porque primero identifica los gustos y el humor de los grupos de trabajo, de esta forma puede integrar la mejor alternativa creativa para su clase, esto puede ser un juego, la elaboración de dibujos o una ruleta de preguntas y respuestas.

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Adaptativos: en esta época es indispensable dominar una gran variedad de herramientas. “De esta manera, suelo trabajar con infografías digitales, e-Portfolios y actividades audiovisuales. El desarrollo de esta cualidad viene por el deseo de superación, por entender que el mundo cambia muy rápido y la tecnología colabora con ese cambio”.

Solidarios: el trabajo en la institución y en el área de estudio siempre es colaborativo, mediante proyectos interdisciplinares que integran a profesionales de distintas dependencias. Además, al momento de resolver un problema, los departamentos trabajan en conjunto, ya sea para el remplazo de un compañero en determinada asignación o para brindar soporte permanente.

Liceo Panamericano

“El Liceo Panamericano aplica la filosofía de generar en el aula un amazing learning, un aprendizaje significativo y asombroso, caracterizado porque el estudiante es el actor principal del acto pedagógico con un protagonismo del 80 % en el aula”, explica Patricia Ayala de Coronel, rectora de la institución. “Nuestra propuesta es generar un aprendizaje significativo mediante ciclos dinámicos de indagación, acción y reflexión, planteando como meta que los alumnos exploren y construyan sus propias identidades personales y culturales’', agrega.

Una de las clases del Liceo Panamericano vista desde la pantalla de control del plantel. Las clases virtuales utilizan plataformas que ya eran reconocidas. Foto: Cortesía.

Con el inicio de la pandemia llegó también la necesidad de adaptarse y ser flexibles en sus dinámicas docentes. Con el tiempo, el centro de estudios pasó de una educación a distancia (distance learning) a una educación híbrida (blended learning), en la cual se mantienen. “Fue necesario que estudiantes, padres, y maestros nos vayamos moviendo en distintos escenarios con excelente predisposición y optimismo, siempre viendo el vaso medio lleno y no medio vacío”.

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La capacitación oportuna y constante que recibieron los ayudó a adaptar sus clases, pero de acuerdo con el docente Miguel Álava, director del área de Ciencias Sociales, lo más complejo fue atraer la atención del estudiante en las nuevas modalidades. “Si antes nos caracterizábamos por ser creativos, ahora tuvimos que serlo mucho más, implementando actividades disruptivas, también fueron complejos los primeros días del modelo blended learning, ya que debíamos captar simultáneamente la atención de estudiantes en modalidad presencial y virtual”, comenta.

La rectora del Liceo Panamericano, Patricia Ayala (arriba), durante una charla a padres de familia para ayudar a sobrellevar el estudio virtual de sus hijos durante la pandemia.

Y es precisamente uno de los tres pilares que considera esencial cultivar:

Creatividad: es importante ser mucho más recursivos que antes, algo positivo es que hemos desarrollado otras habilidades utilizando nuevas plataformas, por ejemplo, empezamos a utilizar pódcast como medio para reflexionar y debatir, incluso hemos desarrollado proyectos que son calificados, abrimos un canal de pódcast donde nuestros estudiantes han grabado ya sus reflexiones.

Innovación: en esta etapa hemos desarrollado la innovación en cuanto a espacios de aprendizaje, incluso en nuestro proceso de autoevaluación docente le damos un rubro específico al uso de estos espacios. Hemos tenido actividades interesantes como Live Museum, que se desarrolló totalmente en modalidad virtual.

Comunicación: más que nunca debemos comunicarnos con los representantes de los estudiantes y colegas, pienso que esta nueva realidad nos ha impulsado a establecer canales de comunicación más efectiva entre todos los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje: directivos, colegas docentes, padres de familia, estudiantes.

InterAmerican Academy

Verónica Kaypaghian, rectora de primaria del InterAmerican Academy, indica que sus profesores han demostrado una capacidad de adaptación y flexibilidad admirable. “Ellos también son seres humanos, también tienen hijos en casa, también se enferman, también tienen sus propios retos personales. En medio de toda la confusión, incertidumbre y cambios repentinos de planes, ellos siempre han estado listos para enseñar en persona, en línea, y en modo híbrido”, menciona sobre sus docentes, quienes se han preparado en cursos y certificación con Google for Education, cursos con GOA (Global Online Academy) y con Amisa (American International Schools in the Americas).

Sin embargo, ninguna preparación remplaza el ingrediente principal: la calidad humana de los profesores, sus valores, profesionalismo y entrega, con la cual dejan a un lado hasta a sus familias por estar presentes para nuestros estudiantes. “Muchos de ellos, además de enseñar por las mañanas, emplean sus tardes visitando estudiantes en sus casas, repartiendo libros o materiales, jugando basquetbol con algún chico que necesitaba ser escuchado, contestando e-mails y mensajes de texto a padres de familia o estudiantes, agregando comentarios a los trabajos de los alumnos y preparando valiosas lecciones. Pandemia o no, nuestros profesores eran y siguen siendo nuestros héroes: los mejores profesores no solo en tiempo de pandemia, sino siempre”.

InterAmerican Academy. Clases en tiempos de pandemia. Foto: Cortesía. Foto: El Universo

En su cuerpo docente destaca tres cualidades:

Paciencia: los maestros siempre han modelado esta práctica, pero nunca ha sido tan crucial para el rendimiento y la resiliencia como lo ha sido durante estos tiempos de pandemia. “Nuestros maestros invierten gran tiempo en planear clases virtuales o en persona no solo para brindar la mejor instrucción posible, sino también, e igualmente importante, se esfuerzan por mantener un balance socioemocional en los alumnos”, indica. Sus maestros y alumnos han adoptado un estilo de aprendizaje en constante cambio, reconociendo que así es como tiene que ser por el momento. La paciencia de todos es crucial.

Flexibilidad: muchos profesores están constantemente intentando preparar planes que incluyan la posibilidad de ser adaptados de un momento a otro. Se han visto en la necesidad de enseñar a alumnos en persona y alumnos online simultáneamente y cambiar planes, organizar a sus familias e hijos bajo presión y con avisos de último minuto. Es impresionante la colaboración y flexibilidad demostrada por nuestros profesores durante este tiempo.

InterAmerican Academy. Clases en tiempos de pandemia. Foto: cortesía. Foto: El Universo

Adaptabilidad: maestros y alumnos han tenido que adaptarse a cambios drásticos, nuevas modalidades, horarios, pero además, al constante uso de mascarillas (en ocasiones por siete horas seguidas) y al distanciamiento social. “En una sociedad como la nuestra, donde las expresiones de cariño aun pueden ser expresadas con abrazos (al menos en el área de primaria), esto ha requerido gran adaptación y esfuerzo. Muchos padres y maestros también han tenido que adaptarse y mejorar sus habilidades computacionales y tecnológicas. Aprender a enseñar en línea de manera efectiva nos ha enriquecido como educadores, pero también ha requerido trabajo y tiempo adicionales. En estos tiempos, nuestra comunidad ha demostrado una mente positiva, optimismo y esperanza, a pesar de los retos que hemos enfrentado”.

Patria Ecuatoriana

Mag. Elías Édinson Briones Castro, rector de la Unidad Educativa Fiscal Patria Ecuatoriana, considera que la pandemia aceleró mínimo unos diez años el paso a la virtualidad educativa. “Nos enfrentamos a cambios constantes, recordando así que nada será igual, adoptando nuevas metodologías, recordando que somos parte de un engranaje en esta aldea global donde el conocimiento esté al alcance de todos”.

El directivo reconoce dos tipos de habilidades en el profesor de la pospandemia: humanas, para escuchar y entender a estudiantes y representantes, y tecnológicas, es decir, destrezas en manejo de plataformas de comunicación virtual y otras herramientas tecnológicas.

“Pese a todas las limitaciones, nosotros los docentes buscamos el conocimiento como la raíz de un árbol busca el agua… Un maestro es sinónimo de superación y de innovación”, asegura.

M. Sc. Nancy Adrián de Laje, docente de Patria Ecuatoriana, señala que en estos tiempos en que un virus nos cambió la vida por completo todas las personas hemos tenido que saber adaptarnos a ciertos cambios. “Como docente debemos buscar medios de cómo llegar al estudiante preparando y elaborando planes de aprendizajes que se basan en estrategias multicanales, donde se combinan diferentes tecnologías (material impreso, radio, televisión, internet) y así garantizar una educación de alta calidad con el apoyo tanto tecnológico como pedagógico”.


Las tres cualidades que ella destaca en el docente pospandemia son:

Adaptabilidad: es importante tener mentalidad positiva frente a los desafíos del contexto y dispuesta al cambio, la transformación y aplicación de la tecnología, que vayan de la mano con las técnicas de estudio y el aprender haciendo.

Aprendizaje permanente: todo profesional requiere de un constante aprendizaje para poder llegar al estudiante. “En los actuales momentos se están creando espacios personalizados con herramientas tecnológicas y el contenido que necesitan para optimizar su experiencia educativa”.

Buen carácter y actitud: esta cualidad es parte de la personalidad de cada individuo, actualmente en el escenario con dificultades en tiempo de pandemia mantener buena actitud y ayudar a estrechar las relaciones interpersonales e interfamiliares en la comunidad educativa.

Colegio Alemán Humboldt

Ha sido una temporada de cambios, dice Andreas Herzog, rector del Colegio Alemán Humboldt de Guayaquil. ¿Cómo continuar sin los alumnos en el aula? Había la opción de trasladarlo todo, tal cual era, a la virtualidad. Pero esto creaba efectos no deseados, como tener a alumnos de preescolar conectados 35 horas a la semana o a un estudiante de bachillerato 40 horas a la semana. “Nos llevó a analizar si era lo más oportuno”.

Así, adoptaron el blended learning, una combinación de aprendizaje sincrónico (tiempo de clases) y asincrónico, con la ventaja de que liberaron a los chicos del tiempo frente a las computadoras.

Los profesores, por su parte, se capacitaron en el manejo de videoconferencias, la plataforma y otras aplicaciones, y para eso un grupo de docentes asumió la responsabilidad de formar a sus colegas.

Y el tercer aspecto fuerte, dice el rector, fue el fortalecimiento del DECE (Consejería Estudiantil). “Queríamos que, a pesar de la distancia, los estudiantes pudieran seguir encontrándose como grupo, desarrollar habilidades sociales y recibir apoyo”.

El colegio Alemán Humboldt ha aplicado la metodología 'blended learning' (aprendizaje mixto) en 2020 y 2021. Cortesía. Foto: El Universo

El retorno a la presencialidad fue alternado, formando turnos para estar en el aula y estudiar desde casa. Los profesores se vieron desafiados a mantener la secuencia entre los dos grupos. “Estuvimos muy contentos hasta poco antes de Navidad, en recibir una gran cantidad de alumnos presenciales (voluntarios), bajo estrictas medidas de bioseguridad. Pero también notamos en ellos dificultades socioemocionales. Es importante que puedan estar juntos y compartir; el aprendizaje va de la mano con el entorno social”, dice Herzog.

¿Desventajas pandémicas? “Tenemos que trabajar en la motivación de nuestros alumnos, sobre todo en los más pequeños”, menciona Herzog. Y reforzar competencias difíciles de desarrollar en línea, como las clases de idiomas, en las que se evidencia un retroceso. “Debemos seguir trabajando en esto en la presencialidad cuando nos sea posible”.

En un recuento de lo positivo, el rol del maestro ha cambiado. Ahora tiene un carácter similar al coaching: asesorar, supervisar y acompañar, sobre todo en las actividades asincrónicas. Es el lado positivo de los dos últimos años, que el colegio quiere atesorar, junto con el modelo de aula invertida, que permite un aprendizaje más flexible.

Herzog habla de un perfil de profesor que maneja las rutas de aprendizaje y puede guiar a los alumnos en ellas; maneja las herramientas tecnológicas. No es alguien que traspasa conocimientos, sino que incluye a los jóvenes en el proceso y se convierte en un acompañante. Además, es capaz de darles retroalimentación que los motive a seguir aprendiendo.

Fe y Alegría

En 2020, los docentes del Movimiento de Educación Popular y de Promoción Social Fe y Alegría estaban en el segundo ciclo de formaciones para todos los centros del país. “Nos tocó cambiar todo el plan y adaptarlo a la virtualidad”, relata Anthony León, acompañante pedagógico de la regional Sur (Guayas, El Oro y Santa Elena, donde se forman más de 6.000 personas desde educación inicial hasta bachillerato, en doce centros, ocho de ellos en Guayaquil).

Fue un reto. Empezó por unificar conocimientos en el uso de algo tan básico para la educación en estos momentos como una computadora, y de ahí pasar al uso de herramientas virtuales, la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), y con el empujón de la pandemia, juntos dejaron atrás el estilo tradicional de enseñanza, porque ya no se trata de dictar clases.

En el ABP, el tema de la clase parte del estudiante, quien analiza una situación o problemática de su contexto e intenta darle solución a través de un proyecto, mientras el educador le proporciona contenidos e insumos que lo ayuden en esta misión. Al final, se expone el resultado ante la comunidad educativa.

Un docente disfrazado dicta clases virtuales a un alumno con necesidades educativas especiales. El movimiento Fe y Alegría ha manejado la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos. Foto: cortesía. Foto: El Universo

“A los docentes se les enseñaron herramientas digitales colaborativas para que la clase tenga mucha más participación”, indica León, incorporando estrategias que funcionen aun en el caso de una mala conexión. Los acompañantes pedagógicos se encargaron de la capacitación a los grupos de docentes. “Fue un caminar extenso de asimilar y aplicar. Hoy todos manejan la metodología, así como la cultura y las destrezas de pensamiento y la evaluación formativa”.

Entre las destrezas que los profesores han ganado, León resalta la resiliencia. Ya hay reglas claras sobre el trabajo semipresencial y flexibilidad para cambiar de horario cuando toca volver a la virtualidad. “Lo interesante es el respeto y el compromiso de los docentes hacia los estudiantes, la disposición a brindarles lo mejor, de manera virtual o presencial”.

Profesora de Fe y Alegría dicta una clase virtual. Esta entidad ha manejado la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos. Foto: cortesía. Foto: El Universo

León, licenciado en Ciencias de la Educación y especializado en Sistemas, destaca el haber hecho conciencia de la necesidad de la capacitación constante, y no solo en recursos virtuales. Después de todo, los niños y jóvenes están casi un paso por delante de los maestros en este aspecto. Se trata de un cambio integral. “No por volver a lo presencial vamos a regresar a la metodología anterior; todo este tiempo que hemos ganado en formación no puede perderse, porque hemos visto resultados buenos en el pensamiento y la capacidad reflexiva y de expresión de los chicos, que no han dejado decaer su nivel académico, sino que se han motivado”.

Finalmente, el profesor, al ser un tipo de cuidador de los alumnos en este tiempo complejo, necesita su propia red de contención, con quien procesar lo ocurrido durante el día o la semana, y hacer su propio proceso de bienestar emocional. (I)