Caritas, corazones de colores, simpáticos animales y gestos con manos: los emojis son figuras y símbolos omnipresentes en nuestras conversaciones de WhatsApp o Telegram. También son imprescindibles a la hora de publicar fotos en Instagram o intercambiar información en Facebook y Twitter.

Con las caritas expresamos nuestros sentimientos. Una de las mayores ventajas de los emojis es que todo el mundo los entiende, sin importar la edad o el país de origen. Pero ¿es realmente así?

Algunos, como el clásico emoji feliz o la muy popular carita que llora de risa, son inconfundibles; otros, sin embargo, se prestan a malentendidos.

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El gato con el hocico abierto, por ejemplo, no está asustado, sino simplemente cansado. La cara con los ojos grandes y las mejillas rojas no quiere expresar asombro, sino vergüenza.

Si alguien envía un emoji con un iPhone, el destinatario con un móvil de Samsung puede recibir una impresión ligeramente diferente.

La persona con el brazo en alto y la mano doblada trabaja en realidad en el sector de servicios al cliente, y con su gesto invita a hacerle preguntas. Sin embargo, la imagen suele utilizarse para la expresión “me da igual”. La cara roja y fruncida, a su vez, parece furiosa, pero en realidad está solo enfurruñada.

Pero ¿quién determina realmente el significado de estos iconos? El Consorcio Unicode, organización sin ánimo de lucro que supervisa el desarrollo y la estandarización de los emojis, también se encarga de hacer recomendaciones acerca del uso correcto de las imágenes.

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No obstante: “Hay una serie de emojis que puede causar conflictos y malentendidos”, señala el lingüista alemán Steffen Pappert. Por ejemplo, el emoji en el que el dedo índice y el pulgar forman un círculo.

“Para nosotros, el gesto se interpreta como una ‘señal de OK’, pero en otros países tiene el mismo significado que el obsceno gesto del dedo medio”, explica el experto. Un consejo práctico: si no se está seguro del uso de algunos emojis, se puede verificar su significado en emojipedia.org, página que está disponible en inglés.

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Aunque los términos emoji y emoticono (término que designa las combinaciones de letras, signos de puntuación y caracteres especiales que forman caras) contienen el prefijo japonés emo, este no tiene nada que ver con “emoción” y sentimiento, sino que significa simplemente “pictograma”. Y, dado que estos son originarios de Japón, pueden surgir malentendidos, especialmente debido a las diferencias culturales.

La cara resoplando con pequeñas nubes de vapor saliendo de la nariz parece expresar terquedad. “En japonés, sin embargo, se entiende de forma muy diferente, concretamente como triunfo o victoria, mientras que aquí más bien la interpretamos como enfado o mal humor”, explica Pappert.

Ni siquiera las heces de perro con cara de risa significan lo mismo en todas partes. “En Japón, la gente envía este emoji cuando desea buena suerte a alguien, igual que nosotros enviamos el trébol”, aclara la lingüista alemana Christa Dürscheid, de la Universidad de Zúrich, en Suiza.

Pero no solo el uso cultural sino también el individual de algunos emojis difiere mucho en algunos casos. Por si fuera poco, las imágenes tienen diseños diferentes, según se trate de Google, WhatsApp, Facebook, Twitter.

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Las diferencias también están dadas por el sistema operativo del dispositivo utilizado. Así, si alguien envía un emoji con un iPhone, el destinatario con un móvil de Samsung puede recibir una impresión ligeramente diferente a la que pretendía el remitente.