Mantenerse en forma y saludable durante el embarazo es una de las metas de las mujeres gestantes, pues además de contribuir al estado físico de la mujer, también puede ser beneficioso para el bebé.

Sin embargo, existe preocupación sobre el tipo de actividad física que se recomienda para este período. Más aún, en las mujeres deportistas que están acostumbradas a ejercicios de alta intensidad y que deben cambiar su rutina para no poner en riesgo su salud.

Paola Aulestia, fisioterapeuta y gineco-obstétrica, afirma que la actividad física está indicada para todas las mujeres en estado gestante, siempre y cuando el médico de cabecera asegure que no hay riesgo para la madre ni para el bebé.

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Los beneficios de la actividad física en el embarazo

Entre los beneficios del ejercicio durante el embarazo “podemos destacar la prevención de secuelas post parto, mantener un equilibrio pélvico, mayor bienestar para la embarazada y el feto y sobre todo mantener automatismos fisiológicos como son la sexualidad, micción y defecación post parto”, dice Aulestia.

La fisioterapeuta explica que en el caso de mujeres que son físicamente activas desde antes del embarazo, se puede continuar con el entrenamiento desde la primera semana. Al contrario, a las mujeres que no hacían ejercicio antes del embarazo, se les recomienda empezar pasado el primer trimestre.

15/05/2022. La natación es una buena manera de que la embarazada se ejercite sin peligro de lesionarse. LA REVISTA, SALUD Foto: Shutterstock

El portal de Kids Health (Para Padres) plantea ejercitarse por medio de la natación, el baile, ciclismo y caminatas, además de una combinación de ejercicios cardiovasculares (aeróbicos) que no impliquen saltar, rebotar, cambiar bruscamente de dirección, o arriesgarse a lesionarse la zona abdominal.

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Aulestia añade que se pueden usar “mancuernas, fitball, bandas elásticas, troncos de propiocepción y muchos otros más recursos disponibles dentro de fisioterapia obstétrica” para un entrenamiento adecuado.

Los riesgos del ejercicio durante el embarazo

Kids Health también indica que en caso de cansancio extremo, mareos, palpitaciones, falta de aire o dolores en la espalda y la pelvis, se debe parar con la actividad física. En caso de síntomas más fuertes como hemorragia vaginal, aturdimiento, latidos acelerados, contracciones uterinas o pérdida de líquido por la vagina, se debe contactar a un médico lo antes posible.

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Un entrenamiento de alta intensidad, contraindicado por el ginecólogo de cabecera, puede resultar en varias consecuencias negativas. Aulestia enumera al “parto múltiple en riesgo de parto prematuro, ruptura de membranas ovulares, cuello uterino incompetente, placenta previa, sangrado en el segundo o tercer trimestre de embarazo, preeclampsia, entre otras”.

Por eso, antes de empezar con la rutina de entrenamiento, se debe consultar con los fisioterapeutas y médicos que puedan asegurar la salud de la madre y el bebé durante la actividad física, realizarse chequeos constantemente y no arriesgarse al incrementar la intensidad de los ejercicios sin previa autorización.