La testosterona juega un papel importante en la erección, el deseo sexual, la depresión, o la concentración y la memoria. Es un elemento fundamental en la sexualidad masculina, cumple otras funciones de gran relevancia, como el mantenimiento de la densidad ósea, niveles de los glóbulos rojos y sensación de bienestar.

De acuerdo a las doctoras Blanca Paraíso y Zaira Salvador, la testosterona es una hormona sexual masculina que participa en el desarrollo de los genitales y en la aparición de los caracteres sexuales secundarios en los hombres. Además, este es producido por los testículos.

A partir de los 40 o 45 años de edad, los testículos comienzan a disminuir la producción de la testosterona.

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¿Cómo aumentar los niveles de testosterona?

Perder peso

El sobrepeso no ayuda en ningún sentido. Según estudios de la Endocrine Society’s, los hombres con sobrepeso son más propensos a tener niveles bajos de testosterona.

Ejercicios de alta intensidad y entrenamiento de fuerza

El ejercicio de alta intensidad aumenta los niveles de testosterona y la prevención de su deterioro. Se pueden realizar entrenamientos de fuerza o entrenamientos con pesas.

Consumo de zinc

El zinc es importante para la producción de testosterona. Las carnes y pescados son alimentos ricos en él.

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Reduce el estrés

Cuando un hombre sufre o está estresado, su cuerpo libera altos niveles de la hormona de cortisol, un elemento que bloquea los efectos de la testosterona.

Estímulos sexuales

Una simple erección eleva los niveles de testosterona. Cuando existe una estimulación sexual los niveles de esta importante hormona se disparan.

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De acuerdo con el sitio médico Hormone Health algunas de las causas del bajo nivel ded testosterona puede ser:

  • Una lesión (traumatismo, castración) o infección testicular
  • Tratamiento para el cáncer con radiación o quimioterapia
  • Algunos medicamentos como analgésicos opiáceos Trastornos hormonales (tumores en la glándula pituitaria o enfermedades, alto nivel de prolactina)
  • Enfermedades crónicas como enfermedad del hígado y los riñones, obesidad, diabetes tipo y VIH/SIDA.
  • Trastornos genéticos (síndrome de Klinefelter, hemocromatosis, síndrome de Kallmann, síndrome de Prader-Willi y distrofia miotónica)
  • Uso de esteroides anabólicos en el pasado (I)