La influenza aviar, también conocida como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a las aves domésticas así como a las silvestres, y que es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae.

Existen cuatro tipos de virus de la influenza: A, B, C y D. Las aves acuáticas como gaviotas, golondrinas y aves zancudas, así como los patos, gansos y cisnes, se consideran reservorios (organismos hospedadores) de los virus de influenza aviar tipo A.

Según su subtipo, puede clasificarse como de baja patogenicidad o altamente patógena, presentando diferentes síntomas en las aves infectadas, detalla la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

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El virus de la influenza aviar de baja patogenicidad puede causar una enfermedad leve, que puede pasar desapercibida o sin la presencia de síntomas.

En cambio, el virus de la influenza aviar altamente patógeno _principalmente por los subtipos (H5 y H7) del tipo A_, causa una enfermedad grave en las aves que puede propagarse rápidamente, produciendo altas tasas de mortalidad en diferentes especies de aves.

La OPS indica que la mayoría de los virus influenza que circulan en aves no son zoonóticos, es decir, no pueden transmitirse entre animales y seres humanos. No obstante, algunas cepas de la influenza aviar altamente patógena tienen la capacidad de infectar a los seres humanos.

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Riesgo de infección

La transmisión de la influenza aviar de las aves a los seres humanos suele ser esporádica y se produce en un contexto específico.

El principal factor de riesgo de infección humana por los virus de la gripe aviar parece ser la exposición directa o indirecta a aves de corral infectadas, enfermas o muertas, o a entornos contaminados como los mercados de aves vivas.

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El sacrificio, desplume, manipulación de las carcasas y preparación para el consumo de aves de aves de corral infectadas, especialmente en el entorno doméstico, probablemente sean también factores de riesgo.

No hay datos que indiquen que los virus A(H5), A(H7N9) u otros virus de la gripe aviar se puedan transmitir al ser humano a través de la carne o los huevos de ave bien cocinados.

Algunos casos humanos de virus de la gripe A(H5N1) se han relacionado con el consumo de platos hechos con sangre cruda de aves contaminadas.

En todo caso, debido a la circulación continua de varios subtipos, los brotes de influenza aviar siguen siendo una preocupación para la salud pública mundial, estima la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

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Casos en humanos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en el año 1997 se notificaron los primeros casos de influenza aviar A(H5N1) durante un brote en aves de corral en Hong Kong.

Desde 2003, este virus de la gripe aviar se ha propagado de Asia a Europa y África, y se ha arraigado en las poblaciones de aves de corral en algunos países. Los brotes han producido millones de casos de infección de estos animales, varios cientos de casos humanos y la muerte de numerosas personas.

Otros virus de la gripe aviar de subtipo A(H5) también han originado brotes de la infección en aves de corral y seres humanos.

En 2013, se notificaron casos de infección humana por el virus hipopatógeno A(H7N9) en China. Desde entonces, el virus se ha propagado entre la población de aves de corral en todo el país y ha causado varios cientos de casos humanos y muchas defunciones.

Otros virus de la gripe aviar, en particular los virus A(H7N7) y A(H9N2), han provocado infecciones humanas esporádicas. Algunos países han notificado también infecciones humanas esporádicas por virus de la gripe porcina, en particular de los subtipos A(H1) y A(H3).

Síntomas en humanos

Los síntomas de la infección por gripe aviar en los humanos dependen de la cepa del virus; los más clásicos son:

  • Tos
  • Diarrea
  • Dificultad respiratoria
  • Fiebre superior a 100.4° F (38° C)
  • Dolor de cabeza
  • Indisposición general (malestar general)
  • Dolores musculares
  • Secreción nasal
  • Dolor de garganta

Los síntomas gastrointestinales son más frecuentes en los casos de infección por virus A(H5N1). Con los virus A(H7) se han descrito casos de conjuntivitis. La infección se manifiesta principalmente con síntomas respiratorios.

En muchos pacientes infectados por los virus de la gripe aviar A(H5) o A(H7N9), la enfermedad ha seguido una evolución clínica agresiva.

Entre las complicaciones que puede presentar la infección están la hipoxemia, disfunción orgánica múltiple e infecciones secundarias bacterianas y fúngicas.

La tasa de letalidad de las infecciones por el virus del subtipo A(H5) y A(H7N9) en las personas es muy superior a la de las infecciones por el virus de la gripe estacional, indica la OMS.

En el caso de las infecciones humanas por los virus de la gripe aviar A(H7N7) y A(H9N2), la enfermedad suele ser leve o subclínica. Solo se ha notificado una infección humana letal por el virus A(H7N7) en los Países Bajos.

Para diagnosticar la infección por el virus de la influenza aviar en las personas es necesario realizar pruebas de laboratorio mediante la toma de una muestra nasal de las vías respiratorias superiores (nariz o garganta). Las pruebas son más precisas cuando las muestras son tomadas durante los primeros días de la enfermedad.

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Síntomas en aves

Infección con virus de baja o leve patogenicidad

  • Los signos clínicos en pollos y pavos varían de inaparentes a enfermedad respiratoria leve o severa y pueden ser confundidos con laringotraqueítis infecciosa aviar, bronquitis infecciosa aviar y otras enfermedades del tracto respiratorio.
  • La mortalidad varía entre el tres por ciento en ponedoras enjauladas y 15% en pollos para carne (engorda, parrilleros, broilers).
  • La producción de huevos en ponedoras puede caer algunas veces hasta el 45 % de la producción total esperada en una parvada grande, para luego retornar a niveles normales de producción en 2 a 4 semanas.

Infección con virus altamente patógenos

  • En casos sobreagudos que incluyen muerte súbita.
  • En casos agudos, las mortalidades ocurren en las primeras 24 horas después de la expresión de signos clínicos iniciales de la enfermedad y frecuentemente en las siguientes 48 horas. En otros casos se observan signos clínicos más diversos y evidentes, y las mortalidades pueden retrasarse hasta por una semana.
  • Los signos clínicos en pollos y pavos incluyen distrés respiratorio severo, con lagrimeo ocular excesivo y sinusitis, cianosis de las crestas, barbillas y cañas, edema en la cabeza y párpados, plumas erizadas, diarrea y signos nerviosos.
  • Con frecuencia, los huevos puestos después del inicio de la enfermedad no tienen cascarón o cáscara.
  • Algunas gallinas gravemente afectadas pueden recuperarse pero rara vez pueden retornar a la postura.
  • La enfermedad en pavos es similar a la observada en pollos pero con frecuencia se complica con infecciones secundarias como cólera aviar (Pateurella multocida), coriza de los pavos (Hemophilus gallinarum) o colibacilosis (Escherichia coli). (I)

Fuentes: OMS / OPS / Medline Plus / Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) / Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.