En 2019, casi la mitad de la población mundial corría el riesgo de padecer el paludismo. La mayoría de los casos y de las muertes se registra en el África subsahariana, pero también están en riesgo las regiones de la OMS de Asia sudoriental, el Mediterráneo oriental, el Pacífico occidental y las Américas.

El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados “vectores del paludismo”. Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, siendo dos de ellas —P. falciparum y P. viva las más peligrosas, según la Organización Mundial de la Salud.

OMS aprueba y recomienda que se extienda el uso de la primera vacuna contra la malaria para niños

El paludismo es una enfermedad febril aguda. En un individuo no inmune, los síntomas suelen aparecer entre diez y quince días después de la picadura del mosquito infectivo. Puede resultar difícil reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza y escalofríos), que pueden ser leves. Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo puede agravarse, lo que lleva a menudo a la muerte.

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En 2019, se estimaban en 229 millones los casos de paludismo en todo el mundo, mientras que el número estimado de defunciones por paludismo fue de 409.000 en 2019.

¿Y la vacuna?

Imagen referencial. Foto: Susana Landívar (Archivo)

No obstante, a pesar de los avances realizados en 60 años de investigación, la vacuna contra la malaria se alargó por mucho tiempo. Uno de los grandes desafíos radicó en las variaciones (polimorfismos) que sufre dicha información genética durante los ciclos de reproducción celular, y que provocan que las vacunas desarrolladas contra una proteína específica no sean eficientes contra una de las variantes desarrolladas por el parásito durante la división celular. Otro inconveniente son los limitados recursos económicos destinados a financiar proyectos de investigación.

Sin embargo, la realidad actual es otra. La OMS recomendó este miércoles 6 de octubre que se extienda el uso de la vacuna contra la malaria ya utilizada en tres países africanos que participan en un proyecto piloto que ha mostrado que es seguro, aunque su eficacia es relativamente baja.

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Denominada RTS,S, la vacuna constituye un hito histórico desde el punto de vista científico y humano, puesto que es la primera en haber sido desarrollada por una plataforma de científicos africanos y por estar destinada a prevenir una enfermedad que causa el 94 % de sus víctimas mortales en África subsahariana. (I)