Sentir plenitud en el sexo no tiene que ver con posiciones, resistencia o jornadas maratónicas. La sexualidad bien expresada se logra conectando con la pareja desde la más pura intimidad, donde ambos se conocen a sí mismos y al otro, tal como publica El Mundo.

Valerie Tasso, sexóloga, afirma que “cuando la sexualidad se centra en buscar recetas y nos piden que les ayudemos a hacer determinadas posturas, etcétera, lo único que se está haciendo es generar una rutina para no caer en la rutina”.

A la vez, la experta sostiene que “si tú haces el misionero y te da mucho placer, ¿para qué vas a cambiar?”, matiza Tasso. “Porque no es lo que hagas, sino desde dónde lo hagas”.

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Además, recomienda que cada persona debería conocer sus zonas erógenas. Aquellas partes del cuerpo sensibles que, al ser estimuladas, son capaces de provocar excitación sexual.

“Cada persona y cuerpo es único, por lo que es importante comprender que cada cual puede sentir excitación en diversas partes y de maneras distintas. Prácticamente, cualquier parte del cuerpo humano puede ser considerada un punto erógeno”, revela.

(I)

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