El SARS-CoV-2 es un virus de transmisión respiratoria. Esta evidencia ha generado un debate en cuanto a la forma en que el virus entra en nuestro cuerpo, por las gotículas de saliva o los aerosoles.

Las partículas que emitimos al respirar, hablar y toser son los vehículos que usa el virus para transmitirse de persona a persona. El tamaño de dichas partículas y la cantidad de virus presente en estas son dos factores principales en la infección, han declarado expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

Debido a las distintas situaciones de riesgo en las que se debe usar mascarilla, hay que tener en cuenta la variedad de tapabocas disponibles y el nivel de protección, cuenta Estanislao Nistal, virólogo experto de la Universidad CEU San Pablo, de Madrid. “Los principales tipos de mascarillas usados por la población son de cuatro tipos: de tela, higiénicas, quirúrgicas y de alta protección o FFP2 –en algunos lugares N95, con una eficacia equivalente–”.

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Por ello, los CDC recomendaron mejorar el ajuste de las mascarillas, para que estas filtren mejor y reduzcan aún más el riesgo de contraer el virus.

Al inicio de la pandemia, uno de los consejos principales era mantener la distancia social, sin embargo, posterior al alza exponencial de casos, el uso de la mascarilla se volvió obligatorio en varios países del mundo. Foto: Shutterstock

Los autores del informe sugieren el uso de una mascarilla de tela sobre la quirúrgica o emplear una sola mascarilla de alta protección, como las KN95. El objetivo sigue siendo el mismo: asegurarnos de que no queden espacios o ‘huecos’ laterales. La recomendación de la CDC figura como una medida interesante a la hora de mejorar los niveles de ciertas mascarillas, que no tienen protección suficiente y demandan algunas situaciones de riesgo, declara Nistal, profesor de Microbiología de la Universidad CEU, San Pablo, en The Conversation.

Además, se refiere a las mascarillas de tela, declarando que pueden tener una amplia variedad de propiedades, pero dependen de las características de los materiales con las que se fabricaron. Por ejemplo, en algunos casos no están homologadas en cuanto a su nivel de filtración, e incluso es posible que algunas retengan de forma eficaz el virus. También existen las que son fabricadas con materiales que contienen compuestos con plata o cobre que pueden llegar a tener propiedades viricidas (que es capaz de matar el virus). (I)