No es de los cánceres más frecuentes (los más comunes son el de pulmón y el de mama): el cáncer de páncreas está octavo en la lista, pero es uno de los más letales.

“En cambio, es la tercera causa de muerte por cáncer. Afecta sin distinción de raza o etnia a todas las poblaciones en forma muy similar, incluyendo la población hispana latinoamericana”, dice en entrevista con este Diario el médico oncólogo Santiago Aparo, colaborador del Instituto del Cáncer de Miami (MCI).

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“Pero hay otros factores que exponen a ciertas personas a un riesgo más alto”, añade el doctor Domenech Asbun, cirujano de hígado y páncreas del MCI. “La edad avanzada, tener más de 70 u 80 años, ser fumador o tener una historia de pancreatitis (inflamación del páncreas), sea por alcoholismo o alguna otra causa”.

Ambos médicos estuvieron en febrero de este año en Guayaquil para participar en un simposio de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo y hablar sobre una forma de tratamiento con radiación, orientada a achicar el tumor en el páncreas, para ayudar al cirujano a extirparlo con éxito.

Si se detecta a tiempo, la gente puede curarse y vivir una vida normal después de los tratamientos, el principal de ellos, la cirugía.

“Esta tecnología permite dar radiación de manera mucho más precisa”, dice Aparo, hablando de la MR Linac o radioterapia guiada por resonancia magnética Linac. “Cada vez que el paciente recibe radiación, lo hace dentro de una máquina de resonancia magnética, que da imágenes en la más alta resolución. El médico puede ver el páncreas en vivo y saber dónde exactamente está el tumor y hacia dónde se mueve. Puede decidir en qué segundo dar radiación y en qué segundo frenar”, y así aumenta la efectividad y disminuye la toxicidad.

¿Por qué el cáncer de páncreas es el tercero más letal?

En cada tipo de cáncer, el comportamiento de las células dañadas es distinto. En el cáncer de páncreas, estas células tienden a hacer metástasis temprano: se desprenden de su lugar de origen y viajan a otros órganos a través de la sangre. “El lugar más común al que se traslada el cáncer de páncreas es el hígado”, explica Asbun, así que tener cáncer de páncreas muy a menudo significa tener también la enfermedad diseminada al hígado. “Es casi imposible tratarlo una vez que se ha hecho metástasis”.

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¿Se puede curar este tipo de cáncer? En ciertas situaciones, dice Aparo. Para empezar, habría que detectarlo temprano, cuando está localizado. “La gente puede curarse y vivir una vida normal después de los tratamientos, el principal de ellos, la cirugía. En cambio, cuando la enfermedad está más avanzada, no se puede curar, sino tratar de prolongar la vida y mejorar muchos de los síntomas”.

“Aunque no se puede curar este cáncer sin cirugía, rara vez curamos el cáncer de páncreas sin dar también quimioterapia”, complementa el doctor Asbun, “porque nos ayuda a matar a esas células que se han soltado y que muchas veces no se ven”. En ocasiones se utilizará radioterapia.

Señales del cáncer de páncreas: ictericia, dolor y pérdida de peso repentina

Los médicos coinciden en que es difícil diagnosticar cáncer de páncreas, porque este órgano está semiescondido. Pero Asbun menciona que es común un síntoma como la ictericia (piel y ojos amarillentos). “Eso significa que algo está obstruyendo el ducto biliar, que es un tubo que va del hígado al intestino y cruza a través del páncreas”.

De vez en cuando, la gente tiene pancreatitis o inflamación del páncreas. “Puede ser un signo de que hay algo irritando el órgano, que puede ser un tumor. Perder peso en cuestión de semanas o meses sin razón, dolor abdominal difícil de ubicar son síntomas más generales, y pueden ser muchas otras cosas”.

Si tiene ictericia o señales parecidas a las de la hepatitis, el mensaje del doctor Aparo es que no se paralice. Probablemente le harán un estudio de imágenes del abdomen, para examinar el páncreas, inicialmente con una ecografía. Si hay alguna sospecha, se le hará una imagen más compleja como una tomografía o resonancia magnética. “No tenga miedo al médico, no ignore los síntomas. No es normal tener dolor abdominal o perder peso sin saber por qué”.

La cirugía paliativa puede realizarse si los exámenes muestran que el cáncer se extendió demasiado como para extraerlo completamente. Foto: Chinnapong

En la práctica, muchos pacientes no tienen síntomas hasta que el cáncer ha avanzado, y muchos diagnósticos se deben a pruebas de imágenes hechas por otras razones, otros dolores o accidentes, durante los cuales se detectó algo anormal en el páncreas.

La diabetes no predispone a tener un cáncer de páncreas, pero hay una observación importante que Aparo hace a los médicos de atención primaria. “Si una persona mayor de 50 años que no tiene las típicas características de obesidad, colesterol alto o hipertensión, desarrolla diabetes de la nada, ese puede ser el primer signo de cáncer de páncreas”. La recomendación es hacer exámenes de imágenes a cualquier persona que a edad tardía, sin factores de riesgo, desarrolle diabetes.

Si se confirma el diagnóstico, se acompañará de suficientes análisis para decidir si el tumor es resecable, no resecable o casi resecable. Los estudios son para descartar que haya metástasis y que estén involucradas arterias y venas importantes. “Basado en eso, se emprende un plan en el cual uno tiene como meta curar el cáncer, es decir, llegar a la cirugía”, explica el doctor Asbun. “Muchas veces empezamos con quimioterapia; o, si desafortunadamente los estudios muestran que está demasiado avanzado, se toma la decisión de empezar con intervenciones paliativas, que no curan al paciente, pero le pueden dar más tiempo y, ojalá, calidad de vida”.

Evite fumar. Y si usted no fuma, aléjese de las personas que sí lo hacen. Foto: Tevarak

¿Qué se puede hacer para modificar los factores de riesgo para el cáncer de páncreas? No mucho, es el resumen de los especialistas. “Lo único que tiene una asociación, y no tan clara, diría yo, es el tabaco. Un consejo a la población es tratar de no fumar, no solo por el páncreas, sino por el cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares”, contesta Aparo. Su insistencia está en no temer al médico, no descuidarse en caso de tener síntomas y no retrasar la consulta, porque esto puede hacer la diferencia entre un cáncer que se puede curar y uno que avanza. (I)