Las espinacas son originarias de Persia y se cree que fueron cultivadas en Europa en el siglo XV. Poseen fibra, proteínas, carbohidratos, vitaminas A y C y minerales como calcio, hierro, sodio, potasio y magnesio, que tienen grandes beneficios.

Por ejemplo, la fibra ayuda a prevenir la aterosclerosis y, a su vez, protege contra los ataques cardiacos. El hierro previene la anemia, mientras que la presencia de los betacarotenos (vitamina A) reduce el riesgo de cáncer a los pulmones y de seno en las mujeres.

Por contener también luteína (antioxidante de los carotenos), otro componente de la vitamina A, protege a la retina (membrana interna del ojo) contra los daños causados por los radicales libres de los rayos ultravioletas (UV). Además disminuye el riesgo de presentar cataratas (opacidad del cristalino).

Publicidad

Se considera que también es efectiva para el control de la diabetes y de la presión arterial, así como para prevenir el asma y mantener la salud de los huesos, la piel y el cabello.

Además, un estudio realizado en 2011 indicó que comer un plato de espinacas diariamente aumenta realmente la eficiencia muscular. Según los investigadores, el consumo de 300 gramos de espinacas reduce en un cinco por ciento la cantidad de oxígeno necesaria para el funcionamiento de los músculos cuando se hace ejercicio.

El secreto no está en el hierro sino en los nitratos, muy abundantes en esa hortaliza y que vuelven más eficientes las mitocondrias, que son las que dan energía a las células.

Publicidad

Una taza de espinaca cruda contiene 7 calorías, 0,86 gramos de proteína, 30 miligramos de calcio, 0,81 gramos de hierro, 24 miligramos de magnesio, 167 miligramos de potasio, 2,813 unidades internacionales (UI) de vitamina A y 58 microgramos de ácido fólico.

La espinaca puede ser consumida cruda o cocida. Para su consumo debe tener un tono verde medio a oscuro, verse fresca y no presentar signos de deterioro. Deberá ser almacenada sin apretujarla, en una funda plástica sellada en el refrigerador, donde se conservará por unos cuatro días.

Publicidad

Es recomendable no lavar esta hortaliza antes de guardarla, ya que la humedad la dañará. No obstante, antes de su consumo sí deberá estar bien lavada, ya que los tallos y hojas pueden contener químicos o incluso tierra.

Alimentos que nos ayudan a estar más sanos y fuertes con nuestro sistema inmunológico

5 batidos cargados de frutas y vitaminas para elevar el sistema inmune

3 cremas de verduras para mejorar tus defensas

En todo caso las personas con un historial de piedras renales deben evitar consumir demasiadas espinacas, ya que esta tiene una gran cantidad de oxalatos. Los altos niveles de ácido oxálico consumido en exceso pueden inhibir la absorción de otros nutrientes, como el calcio. (I)

Fuentes: Medical News Today | BBC | Agencias