“El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”, expresó el filósofo británico Bertrand Russell.

La capacidad de la inteligencia humana ha sido estudiada por siglos. El primer test de madurez intelectual fue inventado en 1905 por Alfred Binet y Théodore Simon, como un método para clasificar a niños con habilidades cognitivas superiores.

Actualmente, las pruebas que miden las capacidades cognitivas se han desarrollado lo suficiente para permitir a los científicos definir un coeficiente intelectual, el cual se encuentra entre 90-110 para una persona promedio. Christopher Langan fue declarado en 2007 como el hombre más inteligente de Estados Unidos por su coeficiente de 195, según la revista Esquire.

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Sin embargo, los científicos no se han detenido con esa información, sino que siguen buscando patrones genéticos y de comportamiento que contribuyan al desarrollo de la inteligencia humana.

Ilustración de un cerebro. Foto: Unsplash

Soledad

Este es un factor que se ha repetido a través de varios estudios sobre la inteligencia. Una investigación del departamento de Sociología del London School of Economics demostró que las personas más inteligentes disfrutaban de su tiempo a solas, sin necesidad de interactuar constantemente con otros.

Esto puede verse ligado a que la soledad proporciona momentos de reflexión y que las personas inteligentes poseen estímulos mentales que los mantienen entretenidos. No obstante, no significa que quieran mantenerse aislados del mundo.

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Otro estudio de la Universidad de Pavía reflejó que la vida en pareja es igual de importante para las personas con un coeficiente intelectual alto. Más aún, las relaciones sexuales son un punto clave que fortalece las capacidades cognitivas si se toma en cuenta la frecuencia de la actividad, pues fomenta el crecimiento nervioso.

Según el español diario El Mundo, la Universidad de Princeton también llegó a la misma conclusión tras una investigación sobre la actividad sexual en animales. En ella se demostró que una alta frecuencia de las relaciones sexuales disminuía los niveles de ansiedad y estrés.

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Creatividad y humor

“El humor y la curiosidad son la más pura forma de inteligencia” aseguró el escritor y poeta Roberto Bolaño. Esto se ha demostrado con estudios que evalúan el comportamiento de las personas con alto coeficiente intelectual.

De acuerdo con el psicólogo Sarnoff A. Mednick, la creatividad es un factor que comparten las personas más inteligentes. Esto se puede atribuir a la fluidez mental, que siempre busca caminos alternos en vez de ir por el lado simple. Las personas creativas también sobresalen en la resolución de problemas.

El estado de "flow" o de "flujo cerebral" es la raíz de la creatividad. Foto: GETTY IMAGES

El sentido del humor es otra característica de un coeficiente intelectual alto. Esto se debe al ingenio que hay detrás de los comentarios humorísticos y de la observación aguda del entorno y el contexto. Una persona que constantemente hace reír a otras es probablemente alguien muy inteligente.

Impuntuales y desordenados

Aunque es común juzgar la falta de puntualidad por irresponsabilidad, o el desorden por descuido, lo cierto es que ninguno de estos factores significa falta de inteligencia. Al contrario, una persona que ‘anda en las nubes’ puede tener un coeficiente intelectual bastante alto.

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Una investigación de la Universidad de Wharton, liderada por Adam Grant, reflejó que las personas más inteligentes tienen más probabilidades de ser impuntuales con los plazos de entrega, lo cual les causa problemas en el ámbito educativo y profesional.

Una letra ilegible también demuestra que la persona es creativa.

Además, los seres más inteligentes también reportan más actividad nocturna, es decir, se sienten más proactivos y mentalmente capaces en la noche, por lo que se acuestan más tarde que el resto. Esto puede derivar en una falta de atención y productividad en las mañanas, lo cual añade a los problemas de impuntualidad.

Por otro lado, el desorden es un reflejo del mundo en constante movimiento en el que viven las personas inteligentes. La Universidad de Minnesota Carlson School explica que el desorden provoca una ruptura de la tradición, lo cual genera creatividad y más fluidez mental, según Kathleen Vohs, la líder del estudio. (I)