Todo el que haya hecho una dieta en su vida conoce el efecto rebote. Esa indeseable consecuencia que aparece luego que abandonamos el plan alimenticio y volvemos a ver cómo la balanza vuelve a aumentar tanto o más que antes.

Una nutricionista vivió en carne propia este efecto durante 18 años, hasta que dio con la fórmula ideal para evitarlo. Angela Borges, de Melbourne, cuenta en su página web The Healthy Diary que por mucho tiempo hizo esfuerzos por reducir los carbohidratos y comer ensaladas.

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Sin embargo, si llegaba a salirse del carril, perdía todo lo logrado. Entendió que no se puede ser preso de una dieta ni solo de ejercicios. El éxito está en hacer un hábito alimenticio que se pueda mantener en el tiempo sin que un atracón de hamburguesas tire todo por la borda.

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Ocho razones por las que no estás perdiendo peso

1. Comes sano pero no pierdes grasa

Puede ser que hagas todo a la plancha o lo más saludable posible. Sin embargo, es importante que sepas cuántas calorías debes consumir para perder grasa. Esto puedes hacerlo con la ayuda de un nutricionista.

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Alimentarse adecuadamente y crear un déficit calórico, es lo ideal. Foto: Pexels

2. Estás comiendo muy poco

Aunque algunos te digan que comer poco es la solución para bajar de peso, esto es falso. Necesitas quedar satisfecho pues si no el antojo de comer lo indebido será mayor.

3. No estás durmiendo lo suficiente

Es necesario dormir entre 7 y 9 horas cada noche para controlar las hormonas que producen hambre.

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Además de subir de peso, dormir poco somete al cerebro a un desequilibrio que termina en enfermedades. Foto: vasakna

4. Comida de comercial

Si crees que comiendo cereal vas a bajar de peso, estás equivocado. Estos alimentos contienen hasta 600 calorías, así sean los más integrales.

5. Te rindes demasiado rápido

Es normal que en el proceso de adquirir nuevos hábitos alimenticios subas y bajes, aunque no drásticamente. No abandones, continúa firme hasta que te acostumbres.

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6. Estrés

Este mal que agobia a las sociedades actuales es un enemigo de la pérdida de peso, pues se elevan los niveles de cortisol y hacen que te sientas más hambriento.

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Preste atención a cómo se siente tanto en el lugar de trabajo como en el hogar, y controle sus niveles de estrés mediante la meditación, la gratitud, el ejercicio o el diario.

7. Es posible que dependa demasiado del ejercicio

No puedes dejarle todo el peso al entrenamiento. Todo plan para bajar de peso debe combinar dieta y ejercicio.

8. No estás comiendo suficiente proteína

Las proteínas te hacen sentir satisfecho pero trata de escoger las que sean más fáciles de digerir.

(I)

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