En entrevista con DW, el virólogo Felix Drexler aclara si la variante ómicron podría volverse más agresiva, generando una “supervariante”, y comenta la alta incidencia en niños en América Latina.

DW: Dr. Drexler, algunos expertos creen que la variante ómicron del coronavirus podría significar el fin de la pandemia. Sin embargo, ahora, otros dicen que esta podría volverse más agresiva si se mezclan ómicron, que es más contagiosa, y delta, que es más mortal, generando una “supermutación”. ¿Cómo ocurre una mezcla de variantes?

Felix Drexler: es importante recordar que ómicron tiene como principal característica ser lo suficientemente distinta para no ser neutralizada por la inmunidad que genera una infección o la vacunación, pero delta es igual o más transmisible. Aún no se puede asegurar si habrá o no una mezcla entre distintas variantes. En los coronavirus, como en otros virus con un genoma de ARN, existe un proceso que se denomina recombinación, que es una forma de mutación, pero de una manera más brutal.

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La recombinación ocurre cuando dos virus o variantes distintas infectan una sola célula en un huésped (el ser humano). A través de la recombinación, esta nueva mutación puede adquirir propiedades de otra variante y se podría mezclar, hipotéticamente, lo peor de los dos virus. Teóricamente es posible. Pero si en la práctica va a ocurrir, no lo sabemos.

¿No se decía lo mismo hace unas semanas cuando se hablaba de “deltacron”, que al final los expertos definieron como una falsa alarma? ¿Cuál es la diferencia ahora?

Ese “seudohallazgo” describía una potencial recombinación, pero era muy probablemente el resultado de una contaminación en el laboratorio; es decir, un error de laboratorio. Estos avisos no se hacen para generar alarma, sino más bien para fortalecer la conciencia sobre la necesidad de vacunarse y seguir evitando infecciones.

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También se ha dicho que debido a que ómicron parece provocar síntomas más leves, el coronavirus se estaría volviendo más débil. ¿Usted coincide?

Es una falsa suposición decir que el coronavirus se está volviendo más débil porque causa menos enfermedad y muertes. Es una tesis que lamentablemente se replica mucho y nadie lo puede asegurar aún. El punto no es si ómicron significa el fin de la pandemia, porque es más débil, o si el virus se está debilitando. El punto es que, tal vez, en algún momento, tanta gente se habrá infectado que habrá una inmunidad en la población tan elevada que produzca menos, o muy pocos, enfermos y muertes. Con lo que llegaríamos a un estado como el de la influenza.

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Entonces, ¿podrían seguir surgiendo nuevas variantes que alarguen el estado de emergencia en países como los de América Latina?

Puede ocurrir, pero me parece muy poco probable. Creo que cuando tengamos en el planeta, incluyendo a América Latina, un nivel de inmunidad tan elevado, el virus tendrá dificultades para transmitirse con tanta facilidad como ahora. Por lo tanto, tendrá menos oportunidad para cambiar, habrá menos riesgo de que surjan nuevas variantes, y el caos será menor.

¿Cree usted que una “supermutación” podría golpear fuerte nuevamente a los países latinoamericanos?

Como siempre dijimos, el problema de que puedan surgir nuevas variantes es que todo se repite, como está ocurriendo ahora. Los casos estaban bajando en América Latina, a pesar de delta, mientras en Europa aumentaban. La inmunidad en los países latinoamericanos era muy alta por infección y vacunación. Pero ahora, afortunadamente, por la vacunación, tanto en Europa como América Latina, tenemos menos muertes. Si el planeta hubiese tenido este nivel de transmisión con delta, en una población sin inmunizar y sin las medidas anticovid, hubiese sido un desastre total.

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La nueva variante sigilosa de ómicron, la BA.2, está causando alarma en el norte de Europa. ¿Qué tan peligrosa es y cuáles son sus síntomas?

Es preocupante. Los datos de Dinamarca indican que es más transmisible porque está tomando el control, pero todavía no sabemos a ciencia cierta si es igual o más transmisible que la variante parental (ómicron). Tenemos que apurarnos para identificar las características de cada uno de estos sublinajes.

Por otro lado, los casos de ómicron en niños en América Latina se siguen incrementando. También en EE. UU. se están registrando más hospitalizaciones de niños contagiados. ¿Qué síntomas están siendo los más comunes en menores?

No se puede decir con exactitud la sintomatología de ómicron en niños. Lo que sí se puede decir es que no sorprende mucho que los no vacunados se estén infectando, ahora que hay más transmisión y que los menores están yendo a las escuelas. Por eso, muchos de ellos se infectan, en especial los menores de cinco años que no han sido vacunados.

Pero los niños no son más susceptibles a ómicron. Ellos tienen la misma posibilidad de contagiarse de COVID-19 que los adultos. En general, ómicron sigue siendo una variante peligrosa, sobre todo en aquellos que presentan una comorbilidad o enfermedades previas.

En todo caso, ¿frente a qué síntomas deberían los padres buscar atención médica de emergencia?

Con ómicron podrían haber ciertos síntomas que no veíamos tanto con otras variantes, sin embargo, sigue siendo predominante la fiebre y los problemas para respirar. Por eso, frente a estos síntomas se debe hacer una prueba para que sean atendidos y evitar también las cadenas de transmisión.

Además, seguimos sin entender cuáles son las consecuencias a largo plazo. Están surgiendo estudios que dicen que meses después de una infección, incluso leve, se notan ciertas deficiencias cognitivas o la aparición del síndrome inflamatorio multisistémico (PIMS, por sus siglas en inglés). Ambos siguen siendo temas muy serios.