El consumo de azúcar en exceso puede llegar a ser muy perjudicial para la salud, ya que es una de las causas principales de diabetes tipo 2, enfermedades al corazón y obesidad.

En una investigación llevada a cabo por la profesora Marta Alegret, de la Universidad de Barcelona, y en colaboración con expertos del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, se revela que consumir fructosa tiene efectos más perjudiciales que la glucosa en el metabolismo y el sistema vascular de los animales de laboratorio.

Y es que a pesar de que el azúcar no es del todo mala, lo que se advierte es que no se debe consumir excesivamente y aún menos en presentaciones refinadas, que es la forma en la que es más presentada en el mercado.

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En cambio, en su forma natural se encuentra en alimentos como la fruta, de tal forma que no representa un peligro en la salud. Lo que preocupa a los especialistas es el consumo diario de la azúcar refinada, como los dulces, panes, procesados, salsas y más alimentos que se comercializan regularmente.

A continuación te contaremos algunos cambios que podrás notar cuando dejes de consumir este aditivo en tu dieta diaria.

La grasa abdominal no será un problema

El azúcar es un alimento alto en calorías, que carece de vitaminas, minerales y fibra. Al ser tan pobre en nutrientes y rico en calorías, este ingrediente acumula grasa y puede causar sobrepeso.

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Un estudio de la Endocrine Society reveló que el consumo de este alimento puede provocar la acumulación de grasa en la cintura y vientre.

Los cálculos renales

Aunque lo ignores, las bebidas azucaradas y en general el azúcar refinado provocan un aumento del 25 % de riesgo de sufrir de cálculos renales. Lo peor es que las bebidas azucaradas que no son de cola, como los refrescos, aumentan hasta en un 33 % el riesgo.

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Para evitar este problema, debes dejar a un lado el consumo de estas bebidas y optar por alternativas saludables, como el jugo natural o el agua.

Te sacias rápidamente

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El consumo de azúcar suprime una hormona de nuestro cuerpo llamada leptina, que es la responsable de darnos sensación de saciedad después de comer. El resultado de esto es el deseo insaciable de comer y seguir sintiendo el sabor del dulce.

Al dejar de comer azúcar, el cuerpo vuelve a regular el apetito de manera adecuada y los alimentos aportan mayor sensación de saciedad, lo que se traduce en menor ingesta de calorías y dulce.

Mantienes joven tu piel

Al consumir azúcar, se activa un proceso llamado glicación, que hace que este ingrediente se una a las fibras de proteína y cause daños en la elastina y el colágeno de la piel. Disminuyendo el consumo de azúcar estás contribuyendo a cuidar la piel y prevenir los signos del envejecimiento prematuro. (F)

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