Todo sonido o conjunto de sonidos, sin armonía o ritmo, que supere los 70 decibelios (Db) es considerado un ruido; su exposición constante o brusca puede ocasionar serios daños para la salud o el medio ambiente, que es lo que se conoce como contaminación acústica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el ruido es la segunda causa ambiental de problemas de salud, solo por detrás de la contaminación del aire.

Es hora de controlar la contaminación acústica

Hoy se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, por lo que es una oportuna fecha para las consecuencias que deja la exposición constante a los ruidos.

Estos ruidos pueden provenir del abuso de parlantes, del tráfico, el comercio, pirotecnia, las industrias donde las maquinarias generan sonidos estruendosos, o los aviones, cuyo sonido supera los 140 decibelios.

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En Ecuador casi todas sus ciudades, parroquias y playas están intoxicadas permanentemente, afirma en un comunicado el doctor Francisco Plaza Bohórquez, expresidente de FUNCORAT y Consejo Médico Andino. Entre los daños que produce los ruidos fuertes, indica que se encuentra el trauma acústico, la pérdida total o parcial de la audición.

“Cuanto más fuerte, menor la cantidad de tiempo que tarda en producirse el trauma; iguales riesgos se corren ante una exposición prolongada de 70 dB o más, especialmente si no se usa protección, pues no hay suficiente tiempo para que los oídos descansen entre las exposiciones, tal como lo afirma La OMS, que también lo cataloga como una forma de violencia y agresión”, señala el doctor.

El médico también hace referencia a los altos volúmenes que se manejan en fiestas de casa. “Los reclamos son a diario especialmente los fines de semana, lo que da lugar a incidentes, vejámenes, hechos violentos y agresiones, que en muchos casos ha tenido desenlaces fatales, cuando alguien se acerca a una casa parlante a pedir que bajen el volumen”, explica.

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Estudios también revelan que entre otros daños que pueden producirse están los trastornos digestivos, afecciones cardiovasculares y problemas cognitivos.

También produce socioacusia (exposición habitual al ruido de las ciudades), alteraciones nerviosas, cefalea, derrames, jaqueca, estrés oxidativo, alteraciones del sueño atención y aprendizaje. Aumento de las secreciones hormonales (tiroides/suprarrenales), disfunción sexual, y hasta una muerte súbita.

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Problemas en niños y jóvenes

Una hora al día recomiendan el uso de los audífonos y de preferencia los grandes.

La contaminación acústica también trae consecuencias negativas en los niños, el ruido puede afectar su desarrollo cognitivo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 50% de los jóvenes entre 12 y 35 años está en riesgo de sufrir pérdida auditiva con el paso del tiempo.

Por lo general, se considera como grupo más vulnerable a las personas de la tercera edad y embarazadas. Sin embargo, la exposición a ruidos elevados en largos periodos de ocio hace que los jóvenes entren a este grupo poblacional; pues suelen dedicar horas a escuchar música, o películas en volumen alto (muchas veces mayor a 60 dB), a través de audífonos.

Soluciones

El doctor Plaza indica que envió a la Asamblea Nacional un anteproyecto de Ley contra el Ruido.

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España tiene su propia Ley, creada en el 2003. Esta determina que durante el día está prohibido superar los 35 dB, y en la noche los 30 dB. (I)