Hay síntomas que permiten reconocer si lo que la persona está experimentando es producto de la presión baja o alta. La cardióloga Ana Luiza Lima indica, en una publicación del sitio web Tua Saúde, que es posible reconocer cada afección debido a que con la presión baja es más común sentirse débil y con sensación de desmayo, mientras que en la presión alta es más frecuente sentir palpitaciones o un dolor de cabeza persistente.

No obstante, en el artículo se menciona también que la forma de obtener un resultado preciso sobre cómo estamos con la presión es realizando la medición respectiva, ya sea en casa utilizando un aparato digital o acudiendo a un centro de salud. Los valores correspondientes son los siguientes:

  • Presión alta: superior a 140 x 90 mmHg;
  • Presión baja: inferior a 90 x 60 mmHg.

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Otros síntomas que nos pueden ayudar a distinguir la presión alta de la baja son los siguientes:

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Síntomas de presión alta

Visión doble o borrosa

Zumbido en los oídos

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Dolor en la nuca

Síntomas de presión baja

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Visión turbia

Boca seca

Somnolencia o sensación de desmayo

El zumbido en los oídos

La otóloga Magdicarla de Alba explica a la agencia de noticias EFE que la hipertensión arterial prolongada y la exposición continua al ruido pueden causar acúfeno, una patología en la que el paciente escucha un zumbido interno que puede alterar su calidad de vida.

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El acúfeno es también conocido como tinnitus y se trata de un sonido agudo o grave que la persona escucha de manera permanente sin que sea causado en el exterior o que otra persona lo perciba, explica la especialista.

Cuando se padece de presión alta, una de las primeras manifestaciones de la enfermedad es el zumbido en los oídos, que se produce por una disminución del flujo sanguíneo que deja sin oxígeno a las células de la cóclea, las cuales son las encargadas de transformar la vibración del sonido en impulsos nerviosos que llegan hasta la corteza cerebral.

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“La disminución del flujo sanguíneo puede ser suficiente para ocasionar un acúfeno y dejarlo permanente, aunque se haya resuelto la hipertensión, porque la pérdida de oxigenación que tuvieron las células fue bastante y no se resuelve tan rápido”, asegura De Alba.

Una vez que la hipertensión ha sido controlada, es posible tratar de disminuir el zumbido mediante medicamentos especiales que contribuyen a la circulación y que, en algunos casos, han tenido “buena respuesta”, afirma.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tinnitus puede ser síntoma de otras enfermedades como problemas en la articulación temporomandibular, localizada entre el hueso temporal y la mandíbula, por una fístula o conexión anormal entre los vasos sanguíneos, por un problema en la trompa de Eustaquio, que forma parte del oído interno, o por un tumor en el nervio auditivo, llamado neurinoma del acústico.

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“Todas estas enfermedades pueden causar esos ruidos que estaría percibiendo el paciente, pero no necesariamente el oído es el que lo está produciendo, y una vez que se identifica la causa y se da tratamiento, el zumbido desaparece”, manifiesta la experta.

Ante estas molestias, De Alba recomienda visitar a un especialista de oídos, quien podría ayudar a identificar las causas de la enfermedad. (I)