De joven estudió para ser maestra; era su aspiración ya que buscaba servir desde la educación a la sociedad, según relata Seila Mosquera, una migrante ecuatoriana que llegó a Estados Unidos en octubre de 1988.

Había culminado dos periodos de estudios en Humanidades en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil cuando a sus 23 años decidió emprender ese viaje al norte del continente americano que le cambiaría la vida y también la aspiración que tenía, porque ahora sirve a la sociedad aunque no lo hace a través de la enseñanza.

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Mosquera es ahora comisionada de Vivienda en Connecticut o secretaria de Vivienda del gobernador Ned Lamont, y como tal está a cargo de los programas habitacionales para la población de ese estado norteamericano.

Ella es parte de nuestro espacio orgullo ecuatoriano.

Como funcionaria gubernamental, Mosquera tiene que atender los problemas de vivienda que afronta este estado de más de 3,5 millones de habitantes. “Yo soy la primera mujer latina en desempeñar este cargo en el estado de Connecticut”, refiere la guayaquileña que integra el gabinete de Lamont desde el 2019.

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“Siempre ha habido puertorriqueños que han ocupado cargos ministeriales en algunos estados, pero nunca una migrante ecuatoriana”, destaca Mosquera, quien vivió en su niñez en el Cristo del Consuelo y que a sus 11 años vio a sus padres migrar a Estados Unidos, quedando a cargo de su abuela Benilda Acosta.

Seila Mosquera (i) trabaja desde hace veinte años en organizaciones que buscan soluciones habitacionales a quienes tienen ingresos limitados y no poseen casas. Foto cortesía Departamento de Vivienda de Connecticut

De ella, dice, aprendió que para ser útiles en la sociedad se debe estudiar, una enseñanza que la aplicó en cada paso que dio en Guayaquil y luego en el país norteamericano.

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Trabajó en una factoría antes de dedicarse al área inmobiliaria

En Connecticut trabajó primero en una factoría, mientras estudiaba y perfeccionaba el inglés; sacó un título en Administración de Negocios por la Universidad de Connecticut y ganó una pasantía para presentar proyectos de desarrollo comunitario para vivienda en la Universidad de Harvard.

Su aspiración era enseñar en Harvard, pero se le presentó la oportunidad de trabajar en este programa de vivienda para gente de recursos limitados. “Había un couch que hacía seguimiento a estos planes”, refiere.

Tras culminar su pasantía de año y medio, Mosquera se involucró en la organización NeighborWorks® New Horizons, dedicada a proveer de viviendas a personas de la tercera edad y a quienes no poseían una, con facilidades de pagos.

Entró como voluntaria y se retiró como directora ejecutiva, logrando proyectos habitacionales no solo en New Haven, sino también para los condados de New London y Fairfield.

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Fue además presidenta de la Asociación de Vivienda Mutua de Connecticut y copresidenta del Consejo Asesor Nacional de Desarrollo de Bienes Raíces.

Entre las latinas más influyentes de Connecticut

En el 2014 estuvo en la lista de las latinas más influyentes de Connecticut por su trabajo en vivienda social, una hoja de vida que encantó a Lamont para incorporarla a su gabinete en el 2019.

Como secretaria de Vivienda trabaja en proyectos habitacionales sea para comprar o para rentar, dirigidos a familias con salarios básicos y a los adultos mayores. Mosquera explica que hay familias que deben tener otro trabajo para cumplir con los pagos mensuales de una nueva vivienda; actualmente el básico es de 15 dólares la hora en Connecticut, dice.

Por ese motivo, una de las tareas es otorgar subsidios a las constructoras y organizaciones no gubernamentales que se dedican a edificar viviendas para que los costos finales no sean elevados.

Seila Mosquera (c) es comisionada de Vivienda desde el 2019, cargo al que llegó por pedido del gobernador Ned Lamont.

“Por ejemplo, si una casa cuesta 200.000 dólares, pero la familia que está interesada solo puede pagar 150.000 dólares, nosotros entregamos a la constructora un subsidio que cubrirá los 50.000 dólares restantes y así la familia se hace de la vivienda; la constructora no pierde y la familia ya tiene su casa, incluso negociando cuotas mensuales más bajas si decide hacer un préstamo bancario, porque ya no pagará 200.000 sino 150.000″, explica.

Mosquera señala que en estos tres años ha destinado 600 millones de dólares para la construcción y rehabilitación de 14.000 apartamentos, también ha entregado 400 millones de dólares para viviendas de alquiler y actualmente maneja un presupuesto de 120 millones de dólares que serán destinados a las familias que están a punto de perder sus casas debido a los efectos de la pandemia del COVID-19.

El tema de la vivienda la apasiona y reconoce que hay una diferencia abismal sobre lo que pasa en Estados Unidos y en Ecuador, donde estuvo de vacaciones en abril pasado.

“En EE. UU. hay muchas necesidades, pero hay trabajo y hay ayudas a las personas que necesitan; por ejemplo, si un anciano busca vivienda o departamento, procuramos que sea accesible ya que las personas a esa edad tienen problemas de movilidad”, manifiesta.

Y cuando se refiere a viviendas accesibles para ellos se refiere a que todas tengan rampas, baños amplios, más facilidades para movilizarse en el interior de la edificación.

Un tema que no lo ve en Ecuador, pues a decir de Mosquera, las viviendas que ha recorrido no son amigables con los adultos mayores ni con las personas que tienen alguna discapacidad.

“En Ecuador no se piensa en ese sector de la población, el Gobierno nacional podría trabajar en planes habitacionales enfocados a ellos”, señala.

Mosquera cumplirá cuatro años en noviembre próximo y su permanencia en el cargo dependerá de si es reelecto Lamont. Incluso, dice, puede que él continúe, pero eso no significará que ella seguirá en el cargo. “Puede contratarme otra vez o darme las gracias”, dice. (I)