La inteligencia es un atributo muy valorado y apreciado en el mundo, siendo considerada como una característica indispensable para quienes ostentan altos cargos, en todo tipo de ámbitos.

Pero, ¿qué se entiende por inteligencia? Según la primera entrada en el diccionario de la Real Academia Española, inteligencia es la ‘capacidad de entender o comprender’, mientras que la segunda es la ‘capacidad de resolver problemas’.

Estos significados se trasladan a las acciones que realizan hijos que enorgullecen a padres, como tener un buen rendimiento académico o aprender idiomas con facilidad. Varias personas al pensar sobre estos logros se preguntan lo siguiente: ¿nacemos con inteligencia o la adquirimos?

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En esta discusión, que enfrenta la genética contra el ambiente, es importante señalar que existen diferentes tipos de inteligencia. José Antonio Portellano, neuropsicólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, dijo en una entrevista con diario La Vanguardia que al hablar sobre este tema hay que prestar atención a dos tipos de inteligencia: la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada.

La importancia de no dejar de aprender

La inteligencia fluida es la inteligencia base, que viene de nacimiento. La inteligencia cristalizada es fruto del aprendizaje y de la experiencia. “No son excluyentes”, afirma el especialista. “Todo el mundo nace con una inteligencia fluida determinada, pero esto no supone ningún tope ni ningún límite”, añade.

Sin embargo, Portellano sostiene a la vez que “la inteligencia es lo más antidemocrático que existe”, ya que una persona que nace y crece en un entorno estimulante mejorará su inteligencia cristalizada, mientras que otra con la misma inteligencia fluida que se desarrolla en un ambiente carente de incentivos se quedará rezagada. Sin embargo, esto no significa que las cosas no puedan cambiar.

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En el libro de su autoría Cómo desarrollar la inteligencia: entrenamiento neuropsicológico de la atención y las funciones ejecutivas, escribió que cualquier persona puede mejorar sus funciones mentales a través del aprendizaje y la ejercitación cognitiva, ya que gracias a los mecanismos de plasticidad cerebral se pueden producir modificaciones en la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso, tanto en sujetos sanos como en los que han sufrido algún daño cerebral”.

El cerebro es uno de los órganos más estudiados en los últimos años. Así, la neurobiología ha demostrado que seguimos creando neuronas y conexiones entre ellas con la edad, que aprendemos por imitación gracias a las neuronas espejo y que se puede hacer crecer la inteligencia.

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“Cualquier persona puede mejorar sus funciones mentales a través del aprendizaje y la ejercitación cognitiva", afirma el neuropsicólogo José Antonio Portellano. Foto: Pixabay

“Hasta hace unas décadas se creía que la inteligencia fluida, la innata, crecía hasta los 18 años. Hoy sabemos que lo hace hasta la cuarentena”, asegura Portellano. “La inteligencia cristalizada no tiene fecha de caducidad. Cuanto más aprendes más inteligencia adquieres”.

Con respecto a sus recomendaciones para estimular la inteligencia se encuentra el estudio y la práctica de idiomas (dos más que el idioma natal). También señala la importancia de realizar deporte, tener una alimentación sana y equilibrada, y que se encuentre en un ambiente feliz.

También indica que el aprendizaje es el estímulo para la inteligencia cristalizada, lo cual beneficia a la inteligencia fluida o innata, porque “la inteligencia cristalizada influye sobre la fluida”, señala Portellano. (I)