Cada 15 de julio se celebra el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas (TA). En esta fecha se destaca la importancia del buen uso de la también llamada tecnología intermedia, que es aquella que tiene un impacto directo en la calidad de vida de los seres humanos; está diseñada con especial atención a los aspectos medioambientales, éticos, culturales, sociales y económicos de una comunidad. En lo social, se convierten en un aliado para las personas con discapacidad, pues les han permitido desenvolverse en su vida profesional y personal con mayor funcionalidad y entendimiento.

En lo social, las Tecnologías Apropiadas se convierten en un aliado para las personas con discapacidad.

Las facilidades que brindan las TA inciden directamente en la calidad de vida de las personas con discapacidad. Por ejemplo, con el WhatsApp pueden comunicarse de forma escrita e instantánea con sus familiares. Es un avance importante, ya que antes no podían hablar por teléfono por lenguaje de signos, también es gracias al celular que pueden salir a la calle con menos temor, si les pasa algo, solo tienen que hacer clic a un botón y llamar; ciertas aplicaciones permiten que se adapten mejor al entorno social, como son aquellas apps de localización de rutas de ocio adaptado.

En este contexto, la empresa tecnológica multinacional Belltech, que funciona desde hace más de 20 años en Santiago de Chile y también tiene presencia en Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Colombia y Ecuador, se ha centrado en desarrollar soluciones en beneficio de este grupo de la sociedad. “Nuestra prioridad es brindar soluciones inclusivas, que permitan a todas las personas comunicarse e interactuar con su entorno. Nos enfocamos en cada necesidad y a partir de esto generamos herramientas que brinden una independencia al usuario en cada proceso”, dice Rodrigo Burgos, country manager de Belltech en Ecuador.

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Rodrigo Burgos, country manager de Belltech en Ecuador.

En nuestro país existen 471.322 personas con discapacidad registradas, hasta junio del 2021, según el portal del Consejo de Discapacidades; de ellos, el 45,78 % tienen discapacidad física, 23,05 % intelectual, 14,12 % auditiva, 11,56 % visual y 5,49 % psicosocial, siendo los hombres los más afectados (264.389), las mujeres (206.910) y personas LGBTI (23 individuos). De allí que es importante que se adopten y se pongan en práctica las TA en beneficio de este grupo de la población. Para las Naciones Unidas, alrededor del 10 % de la población mundial (650 millones de personas) vive con una discapacidad. Constituyen la mayor minoría del mundo.

Las nuevas tecnologías son muy útiles ya que ayudan a las personas con discapacidad a comunicarse, encontrar aparcamiento o a denunciar la violación de un derecho. Apalancados en esta problemática, se han desarrollado soluciones que mitiguen esa brecha y permitan una integración a este grupo de personas. Cada tecnología está enfocada según la necesidad existente.

En Ecuador existen iniciativas como la de la empresa Talov, que creó la aplicación móvil Speakliz, dirigida a personas que tienen deficiencia auditiva. Está disponible tanto para los sistemas operativos IOS (dispositivos Apple) y Android (todos los equipos de marcas que usan el sistema de Google). También, de la misma empresa, existe la aplicación Speakliz Vision, que ayuda a identificar objetos y sus distancias, colores, lugares, billetes de diferentes países. También ofrece lectura de textos.

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Las ciudades en su totalidad deben transformarse en entornos inteligentes que ofrezcan accesibilidad a todo nivel.

En países de la región, se han implementado servicios como cajeros automáticos, recicladores o kioscos de autoservicio, basados en la normativa ADA (ley para personas con discapacidades) donde hacen referencia a la altura correcta de los dispositivos y señalética braille, que permita un fácil acceso a personas con discapacidad. En Chile, por ejemplo, se implementó la funcionalidad de menú audible en los cajeros automáticos (ATM), permitiendo a una persona no vidente conectarse mediante el uso de un audífono y así toda la transacción se realiza de forma verbal, brindando una guía completa al usuario durante todo el proceso. Como seguridad, de forma automática se apaga la pantalla, para evitar la exposición de información sensible del usuario.

“Hemos implementado también soluciones de asistencia mediante lenguaje de señas a través de videollamadas”, comenta Burgos. El usuario accede a esta opción en el equipo de autoservicio, y esta es detectada en el Contact Center y asistida por un agente especialista en el manejo del lenguaje de señas, permitiéndole interactuar y ayudar al usuario en todo el proceso por el cual necesita soporte.

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¿Qué hace falta en Latinoamérica para que se apliquen las tecnologías apropiadas? “Considero que se ha generado un importante esfuerzo en todos los sectores para dar ese giro tecnológico. Sin embargo, la accesibilidad de las personas con discapacidad a las nuevas tecnologías es una tarea pendiente. Para lograr una correcta aplicación de estas tecnologías se requiere que a nivel público y privado se desarrollen iniciativas de real impacto, que busquen mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y les permitan desenvolverse en su vida profesional y personal con mayor funcionalidad y entendimiento”.

El representante de Belltech en Ecuador cree que las ciudades en su totalidad deben transformarse en entornos inteligentes que ofrezcan accesibilidad a todo nivel, ya que es un factor clave de inclusión. “No solo es la generación de rampas de acceso o infraestructura, sino también es importante que las empresas se enfoquen en que el acceso a servicios mediante tecnologías sea transversal”.

En España se implementó APSIS4all (Accessible Personalised Services in Public Digital Terminals for all), un proyecto dirigido a superar barreras de accesibilidad a través de la personalización de terminales de uso público, como los cajeros automáticos y las máquinas expendedoras de tiques.

¿En Ecuador cuál es el déficit en este tipo de tecnologías? “Ecuador es un país que está avanzando hacia el camino de la innovación y digitalización, pero el tramo hacia un cambio total es todavía estrecho. Si bien la pandemia permitió que muchas brechas de tecnología disminuyan, el acceso de las personas con discapacidad a ciertos servicios aún es limitado. En Belltech Ecuador, por ejemplo, hemos implementado soluciones pensadas en mejorar la calidad de vida de las personas con alguna discapacidad, como cajeros automáticos que se ajustan a la normativa para personas con discapacidad, en cuanto a la altura correcta de los dispositivos y señalética braille. La demanda ha sido baja en comparación con países como Chile, donde se han colocado más de 1.500 cajeros y kioscos de autoservicio que además de contar con las normas ADA (normativa de EE. UU. para personas con discapacidades, que es un referente a escala global), cubren las necesidades de personas no videntes y personas sordomudas, brindándoles una independencia en sus trámites”.

Para Burgos, Ecuador tiene mucho potencial para la implementación de tecnologías que beneficien a las personas con discapacidad, “pero es importante fijar políticas que promuevan a las empresas hacia un cambio”.

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¿Cuál es el papel de los gobiernos para la aplicación de este tipo de tecnologías? “El Estado debe tener un protagonismo central para lograr y facilitar el acceso que permita mejorar los estándares de vida e incorporarse a todas las instancias de nuestra sociedad. Esto en países como Italia, Francia, Alemania, Brasil y Cuba es reconocido como un derecho y no como un favor. Por eso, las definiciones y la puesta en ejecución de iniciativas tecnológicas deben estar siempre en la primera línea de tareas que un gobierno debe realizar”, finaliza Burgos. (I)