De una hectárea de sembrío de maíz se obtiene, en promedio, 170 quintales, pero el año pasado Carlos Arboleda superó esa cifra y obtuvo 230 quintales. Aquello lo hizo ganador del concurso ‘Mazorca de Oro’ que anualmente organiza la empresa Pronaca.

En esta competencia participan agricultores de las cuatro provincias productoras del grano: Guayas, Los Ríos, Manabí, en la región Costa, y Loja, de la Sierra.

“Es muy bueno porque ellos (Pronaca) le dan asesoría a uno desde que se siembra hasta que se cosecha”, comenta Arboleda, quien cultiva alrededor de 120 hectáreas.

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De ese total, 90 hectáreas pertenecen al recinto Anchoveta, de la parroquia Puerto Pechiche, en Los Ríos. Y las otras 30 son del recinto Pijío.

Arboleda, agricultor fluminense, de 54 años, considera que el trabajo del campo, como todos, requiere esfuerzo, constancia y dedicación.

Desde pequeño, cuando acompañaba a trabajar a su padre, ha sido testigo del sacrificio de la labor agrícola.

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“Antes, el maíz se sembraba con espeque. El trabajo era duro y después el problema era comercializar el producto”, recuerda el hombre.

Ahora, agrega, el apoyo tanto del Gobierno como de empresas privadas, que otorgan créditos y asesorías, ha servido a los maiceros para mejorar su producción, mecanizar los terrenos e incluso comprar maquinaria agrícola.