En los diez años y cuatro meses de gobierno, Rafael Correa entregó al menos 81 condecoraciones a la Orden Nacional al Mérito a nombre del país.

Según  los Registros Oficiales, Luiz Ignacio Lula Da Silva fue el único que recibió la Orden Nacional San Lorenzo gran Collar. El exmandatario de Brasil, ahora investigado en su país en el caso Odebrechet, recibió esa condecoración “por su vocación de humanista a las clases más necesitadas e impulsar la integración latinoamericana”.

A otros cuatro expresidentes: Alan García, de Perú; Tabaré Vásquez y José Mujica, de Uruguay, y Cristina Fernández, de Argentina, se les dio la Orden Nacional al Mérito en el grado de Gran Collar, el “máximo jerárquico de la orden”.

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Otras se dieron a deportistas, médicos, sacerdotes, centros educativos, organismos internacionales, fundaciones.

También cantantes de música social y romántica, que son del gusto de Correa. Más de quince músicos recibieron la orden al Mérito en el grado de Oficial, entre ellos, Víctor Manuel San José Sánchez, Rubén Blades, Carlos Mejía Godoy, José Luis Perales, Ana Belén, Patricia González, Alberto Cortez, Hermanos Miño Naranjo, Claudio Aizaga, la fallecida, Mercedes Sosa, Luis Eduardo Aute, Mocedades y Joan Manuel Serrat. Y en sus últimos días de mandato a Damiano, Aladino y Pueblo Nuevo.

A ellos se les reconoce su “invalorable contribución al desarrollo cultural y social del Ecuador y Latinoamérica”.

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El viernes concedió la Orden Nacional al Mérito en el grado de Gran Caballero al sacerdote salesiano Antonio Polo por su trabajo en beneficio de la comunidad ecuatoriana, especialmente en favor de las personas de escasos recursos.

Un día antes fue Juan Pablo Pozo, titular del Consejo Nacional Electoral, quien recibió la Orden Nacional al Mérito, en grado de Gran Cruz.

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También se consideró meritoria la labor de diplomáticos de países como Cuba, Bolivia, Argentina (cuando Fernández dirigía), Venezuela. Así como de Colombia y un único reconocimiento a la estadounidense Linda Jewell. A sus embajadores se les entregó la condecoración Honorato Vásquez, en el grado de Gran Cruz.

Este 24 de marzo, Correa condecoró a su “amigo” teólogo brasileño Carlos Libanio Christo, conocido como Frei Betto, por su “aporte con desinterés y eficacia al compromiso de los movimientos libertarios de Latinoamérica” e impulso a la defensa de derechos humanos.

Carlos Estarellas, diplomático y catedrático, explica que esos emblemas conceden “un honor, son importantes para la persona que los recibe”. Pero cree que en este régimen “se han dado excesos de a quien se ha otorgado, porque son una manera de un Estado de mostrar agradecimiento, pero me pregunto qué servicios al Ecuador ha prestado un cantante extranjero. Son generosos con un reconocimiento del Estado”.

El excanciller Mauricio Gándara opina que cuando se excede en la entrega de medallas “pierden su valor”. “En otros países, las conceden limitadamente con la comprobación de que una persona ha prestado un servicio relevante para el país. Pero si empiezan a entregarse por amiguismo se devalúan”, que a unos “cantantes se da por simpatía como cuando van a cantar en la Presidencia”.

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Ninguna condecoración representa un valor económico, son solo medallas. (I)