La actividad en la avenida principal del programa habitacional municipal Mi Lote, al que se accede desde el kilómetro 16,5 de la vía a Daule, la imponen tiendas, picanterías, restaurantes, bazares y otros negocios emprendidos por beneficiarios que ya viven en esta urbanización del noroeste.

Desde hace tres meses Sonia Campoverde se cambió a la manzana 5068, en la sexta etapa. En el local de su villa de dos plantas, la 35, ella puso el restaurante El Sabor de la Lojanita, donde los fines de semana vende encebollado y guatita, mientras los días ordinarios hace desayunos y almuerzos.

“De lunes a viernes mis clientes, la mayoría, son volqueteros, vecinos son unos cuantitos. De ahí, los sábados y domingos no veo a ningún volquetero, pero ahí sí vienen todos los vecinos a comer”, comenta sobre su clientela.

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Campoverde cuenta que antes alquilaba casa en el norte de la ciudad donde pagaba $ 260. Ahora, dice, mensualmente por su vivienda paga $ 100 más, pero le satisface saber que el bien es suyo.

“Apenas me entregaron la casa yo me vine con todas mis cosas, porque es duro pagar por algo que usted sabe que en cualquier momento lo sacan porque no es suyo”, comenta.

Ella, al igual que el resto de vecinos que no tienen vehículo, se moviliza en buses de la línea 82, la única que entra a Mi Lote, urbanización conformada por dos fases con más de 10 mil soluciones habitacionales (predios medianeros de 96 metros cuadrados en promedio, con casas construidas).

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César Obaco, dueño de un mini market ubicado en la sexta etapa, refiere que el sitio es tranquilo, que mayor movimiento de vecinos se ve los fines de semana, porque de lunes a viernes los moradores salen a sus respectivos trabajos.

Él cuenta que hace un mes, antisociales asaltaron en la estación de la 82, en la quinta etapa, pese a que la Policía patrulla con frecuencia el sitio.

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Por eso considera necesaria la instalación de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), en el interior de la urbanización.

Obaco dice estar feliz en su vivienda, él también alquilaba casa en el sur y un local donde funcionaba su despensa. “El gasto del local me lo ahorro ahora, porque lo tengo en mi casa mismo”, refiere.

El sábado pasado, el alcalde entregó 23 casas en la séptima etapa, donde al igual que en otras, hay garitas de seguridad con guardias privados.

Ayer, allí algunos beneficiarios limpiaban sus viviendas y otros disponían adecuaciones para cambiarse.

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Y en una improvisada cancha de tierra acondicionada por los moradores, vecinos de la etapa uno a la cinco disputaban un torneo de índor en el que juegan diez equipos.

Vicente Orrala, impulsor de la idea, señala que esa es una forma de confraternizar. (I)

El plan habitacional
Predios. La Secretaría Técnica del Plan Toda una Vida y el Municipio suscribieron un convenio que permitirá identificar si los propietarios de alrededor de cuatro mil terrenos pueden ser beneficiarios del proyecto gubernamental Casa para Todos, que prevé dar casas gratis.

Aquí el sitio es tranquilo, con los vecinos que ya están viviendo aquí nos estamos conociendo. El deporte es una manera de confraternizar y por eso invitamos a todas la etapas a jugar índor”.Vicente Orrala, Morador