Ambato-Santo Domingo

El reordenamiento de centros de diversión nocturna para adultos y de las actividades que ejercen trabajadoras sexuales en el perímetro urbano ha levantado reclamos en Ambato y Santo Domingo.

En Ambato, el malestar de las trabajadoras sexuales comenzó cuando se prohibió que prestaran sus servicios en las residenciales que quedan por la zona del mercado Central. El jueves se clausuró una residencial por permitir el trabajo sexual.

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Unas cuestionan que se haya restringido su actividad en las residenciales cuando aún no está definido un sitio en el que puedan ejercer esta actividad.

Margarita Estrella, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales 15 de Marzo, aseguró que han realizado un acercamiento con las autoridades municipales y el intendente, para que se les permita trabajar por un tiempo en las residenciales hasta que se determine una zona o mientras por su gestión encuentren otra alternativa. De no hacerlo, dijo, saldrán a trabajar a la calle.

La presencia de trabajadoras sexuales en las inmediaciones del mercado es una problemática que ya lleva cerca de dos décadas, sin que desde la Municipalidad se adopte la decisión de fijar la zona de tolerancia de acuerdo a la facultad que tiene, reconoció el intendente de Policía, Álex Valladares.

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Nelson Guamanquispe, concejal ambateño, sostuvo que la razón principal para que no se haya fijado la zona de tolerancia es por la oposición de los moradores de los sitios que se señalan para su ubicación, incluso de lugares apartados.

“Dentro del plan de ordenamiento territorial que aún no se encuentra aprobado, tiene que fijar de manera definitiva la zona rosa porque no se puede seguir de esta manera”, dijo.

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Días atrás, en Santo Domingo se generó un reclamo similar luego de que el Municipio procedió a cerrar 16 burdeles que, según la norma municipal, estarían incumpliendo lo que estipula el Plan de Ordenamiento Territorial, por estar dentro del perímetro urbano.

Los dueños de los lugares indicaron que no han sido atendidos para promover un proyecto de reubicación.

El alcalde Víctor Quirola indicó que “el proceso de reubicación se llevaba a cabo desde la administración anterior, en el 2014”, y que en este año debían cumplir con lo que establece una ordenanza municipal de estar a dos kilómetros del perímetro urbano y a un kilómetro de las cabeceras parroquiales.

Ana Vega, secretaria de la Asociación de Propietarios de centros de diversión para caballeros, dijo que las medidas tomadas por el Municipio son una “discriminación” porque hay burdeles que no cumplen con la norma y habrían obtenido el permiso municipal.

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El presidente de la asociación, Orley Cevallos, sostuvo que no se les ha considerado un anteproyecto de reordenamiento que presentaron.

Reacción. Ana Vera, miembro de la Red de Mujeres de Santo Domingo, consideró que el reordenamiento se lo realiza de una manera “abrupta” debido a que no existe una política local pública de inserción laboral para las trabajadoras sexuales. “Están planificando la ciudad sin organización, no están mostrando una alternativa para el tema laboral”, indicó Vera, quien dijo que ejercer el trabajo sexual no es un delito. (I)