Corea del Norte rompió su silencio sobre el deshielo diplomático con Washington y Seúl y afirmó que lleva a cabo una "ofensiva de paz", al tiempo que negaba haber optado por la vía diplomática obligado por las sanciones internacionales.

Estos comentarios, publicados por la agencia estatal KCNA, tienen lugar en un contexto de notable distensión en la península de Corea, tras un periodo de graves tensiones por los lanzamientos de misiles y las pruebas nucleares de Pyongyang.

Para preparar una cumbre intercoreana prevista en abril, Seúl propuso este miércoles conversaciones de alto nivel con el Norte el jueves próximo, según la Casa Azul, la presidencia surcoreana.

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Esta cumbre intercoreana estaría seguida de una reunión bilateral entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un.

Sin embargo el silencio de Pyongyang sobre este proceso generaba preocupación y los expertos se interrogaban sobre las intenciones del régimen comunista.

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Los comentarios publicados por KCNA en la noche del martes no hicieron una referencia directa a las cumbres, pero sí destacaron "la radical atmósfera de reconciliación" con el Sur y "los indicios de un cambio" con Estados Unidos.

También señalaron que esta apertura viene de una posición de fuerza y no de debilidad, pese a que el país se enfrenta a una fuerte presión internacional con pesadas sanciones que ahogan su economía.

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"La ofensiva de diálogos de paz de la República Democrática Popular de Corea es una expresión de su confianza en sí misma, en la medida en que ha podido lograr todo lo que ha deseado", dijo la agencia utilizando el nombre oficial de Corea del Norte.

La agencia también criticó las voces en Washington, Seúl y Tokio que han cuestionado la sinceridad y la motivación detrás de la disposición al diálogo, y pidió "prudencia".

"La verdad es que es una expresión de su estrechez de miras con el objetivo de echar a perder el ambiente y decir esto o aquello, incluso antes de que las partes involucradas tengan la oportunidad de estudiar los pensamientos internos de la otra parte y se sienten en la mesa de negociaciones", dijo el medio estatal, utilizando su característica retórica.

Desde que se planteó la idea de una cumbre con Estados Unidos, "el Norte ha sido muy cuidadoso de ver cómo se desarrolla la situación, incluyendo los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, antes de hacer un anuncio público al pueblo", destacó a la AFP el académico Kim Yong-hyu, profesor en la Universidad de Dongguk.

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Giro de 180º

El martes Corea del Sur y Estados Unidos anunciaron que el 1 de abril comenzarán el ejercicio militar conjunto que realizan todos los años, pero que en esta ocasión fue recortado en un mes.

El profesor Yang Moo-jin de la Universidad de Estudios norcoreanos dijo que Pyongyang necesita tiempo para preparar a la gente para un cambio tan drástico de su política hacia Estados Unidos.

"El Norte no va a confirmar las dos cumbres hasta que sean fijadas las fechas y los lugares y necesita educar a su gente lentamente para este giro en 180º en su política", dijo Yang.

Los medios norcoreanos no habían informado de ninguna actividad pública de Kim desde el 6 de marzo, cuando sostuvo conversaciones con una delegación surcoreana.

Por otra parte, el ministro norcoreano de Relaciones Exteriores, Ri Yong Ho, viajó el pasado fin de semana a Suecia, país que representa los intereses estadounidenses en Pyongyang.

El presidente surcoreano Moon Jae-in dijo este miércoles que sería posible una cumbre a tres bandas --las dos Coreas y Estados Unidos-- en función del resultado de las eventuales reuniones bilaterales. (I)