Un documental periodístico publicado este miércoles por el diario británico The Guardian titulado, en español, Plástico en el paraíso: la batalla por el futuro de las islas Galápagos muestra imágenes impactantes sobre los residuos plásticos que llegan al Archipiélago de todas partes del mundo y cómo estos afectan a las especies silvestres de la reserva natural. 

En el video, que tiene casi doce minutos de duración, se puede observar iguanas marinas masticando fundas plásticas, nidos de aves hechos de residuos de ese material o tortugas marinas atrapadas en redes de pesca. La acumulación de basura es más notable en las islas más alejadas como Santiago. 

Juan Pablo Muñoz Pérez, investigador ecuatoriano del Galápagos Science Center de la Universidad San Francisco de Quito, aparece en el audivisual y afirma que la situación es bastante crítica: "Cuando Charles Darwin vino aquí (a Galápagos) veía lo mismo (el ecosistema que se ha conservado casi intacto durante los años), pero ahora la única diferencia es el plástico. No sé cuando los humanos creímos que el plástico era seguro", le dice a The Guardian. 

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El experto es más radical e indica que el daño que provocan los productos plásticos estará siempre en la naturaleza: "Olviden que una botella va a desaparecer en mil años, es mentira, que un pañal va a desaparecer en cien millones de años, es mentira. Van a estar en este planeta por siempre solo que se vuelven más pequeños, en microplástico (pequeñas partículas de plástico) y eso da miedo porque ¿cómo vas a limpiar eso?", sostiene. 

En cambio la científica Ellie Mackay trabaja en un proyecto, que utiliza drones, para analizar y registrar los artículos de plástico que llegan a las playas y conocer la verdadera dimensión de la afectación en Galápagos. 

Cangrejos ermitaños viven entre el plástico que llega a las Galápagos. 

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Con cientos de imágenes captadas por los drones y a través de un algoritmo informático se cuenta e identifica el tipo de plástico: "Si son cinco toneladas de redes de pesca pues la solución es hablar con la industria pesquera. Si son productos de higuiene personal entonces la solución podría ser inspeccionar  los sistemas locales de tratamiento (de basura)", afirma Mackay.

Para completar el ciclo, los científicos también trabajan en determinar de qué partes del mundo proviene el plástico que llega al Archipiélago ecuatoriano.

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"El mayor plástico que viene son las botellas. Tenemos un sofware que predice cómo se comporta el plástico utilizando los datos oceanográficos que conocemos. Es importante porque antes no sabíamos de donde venía, quién es el culpable y cuál es la solución más efectiva. Hay que atacar el problema desde la fuente", señala Muñoz. (I)