La policía rusa arrestó este sábado a más de 1.000 manifestantes que exigían en Moscú elecciones libres y justas pese a la creciente presión ejercida contra la oposición durante los últimos días.

Las fuerzas de seguridad realizaron detenciones masivas entre los participantes que llegaban a la principal avenida de Moscú al grito de "Vergüenza" o "Queremos elecciones libres", y les hicieron retroceder por la fuerza hacia las calles adyacentes. 

Según las cifras oficiales de la policía, 1.074 personas fueron detenidas por infracciones diversas, detalló el comunicado.

Publicidad

Los cánticos de "Rusia sin Putin" y "Putin dimisión" resonaron por el centro de Moscú, mientras guardias pertrechados con equipos antidisturbios golpeaban a los manifestantes con porras y recurrían a la fuerza para detener a numerosas personas. Al menos una mujer pareció haber sufrido heridas graves en la cabeza.

Esta concentración, no autorizada, frente al ayuntamiento de la capital, se produce menos de una semana después de una manifestación sin precedente desde el movimiento que acompañó a la vuelta de Vladimir Putin al Kremlin.

La oposición denuncia el rechazo de las candidaturas independientes a las elecciones locales del 8 de septiembre, que se anuncian difíciles para los candidatos que apoyan al poder.

Publicidad

Un periodista de la AFP pudo ver a decenas de personas siendo detenidas antes incluso del comienzo de la concentración. La oenegé OVD-Info, especializada en el seguimiento de las manifestaciones, dio cuenta de 561 arrestos.

Los acontecimientos del sábado demostraron cómo los activistas y especialmente los jóvenes están dispuestos a seguir presionando para que el Kremlin abra a la competencia el sistema político ruso, estrechamente controlado.

Publicidad

'No llevábamos armas' 

"Nos manifestábamos pacíficamente, no llevábamos armas (...). No les dimos ningún motivo para unas detenciones tan violentas", lamentó Anastassia Zabaliueva, de 27 años, profesora de francés e inglés.

"La última vez que vi tanta presión, detenciones y registros, fue durante las manifestaciones de 2012", dijo Alexéi Sprijitski, de 42 años.

Varios opositores habían sido detenidas antes de la protesta, como Ilia Yashin, Liubov Sobol o Dmitri Gudkov, que afirmó el viernes que la cuestión iba más allá de las elecciones locales. "Se trata de saber si, en la Rusia actual, es posible hacer política legalmente", declaró.

Los domicilios y las oficinas de varios candidatos excluidos fueron registrados con antelación y, el miércoles, el principal opositor al Kremlin, Alexéi Navalni, fue condenado a 30 días de prisión por violación de "las reglas de las manifestaciones".

Publicidad

Estas acciones judiciales tienen lugar tras la apertura de una investigación por "obstaculización del trabajo de la Comisión Electoral" de Moscú, a raíz de manifestaciones a mediados de julio. 

Pueden dar lugar a penas de hasta cinco años de prisión, lo que recuerda las condenas pronunciadas durante el movimiento de 2011-2012 contra el regreso de Vladimir Putin a la presidencia.

'Intimidar a la oposición' 

La oenegé Amnistía Internacional, que teme una "próxima represión masiva", criticó un "intento abierto y descarado de las autoridades rusas para intimidar a la oposición".

Antes de la manifestación del sábado, la policía de Moscú publicó una advertencia a los ciudadanos y propuso a los periodistas que cubren el evento identificarse, un hecho inédito que augura numerosos arrestos.

La popularidad de Putin, que aumentó excepcionalmente tras la anexión de Crimea, bajó desde que fue reelegido para un cuarto mandato el año pasado, y los comicios de septiembre se presentan difíciles para el poder, especialmente en las grandes ciudades como Moscú y San Petersburgo.

La inscripción de unos sesenta candidatos a las elecciones del Parlamento de Moscú fue rechazada, oficialmente a causa de errores en la recogida de las firmas de apoyo que necesitan para presentarse. 

Los candidatos independientes excluidos denunciaron irregularidades amañadas y acusaron al alcalde leal al poder, Serguéi Sobianin, de querer asfixiar a la oposición.

Pese a los grandes proyectos de modernización y a la mejora de la calidad de vida estos últimos años, la megalópolis de 12 millones de habitantes oficiales es más favorable a la oposición que el resto del país. (I)