Este lunes empezó la 25ª Conferencia del Clima de la ONU (COP25) en un contexto con llamados a actuar de manera urgente para combatir el cambio climático, pero con temores de que la cita pueda quedarse corta frente a las expectativas.

Informes de científicos alarmantes, desobediencia civil, manifestaciones de millones de jóvenes. Desde hace un año, los países firmantes del Acuerdo de París son blanco de una presión sin precedentes que resume la consigna para estas dos semanas de reunión: #TimeforAction.

"¿Realmente queremos pasar a la historia como la generación que hizo como el avestruz, que holgazaneaba mientra el mundo ardía?", lanzó desafiante el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

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Ante los representantes de unos 200 firmantes del Acuerdo de París, entre ellos unos cuarenta jefes de Estado o gobierno, Guterres instó a elegir entre la esperanza de un mundo mejor y tomar acciones, o la capitulación. Además apuntó que estaba frustrado por la lentitud de los cambios, insistiendo en la necesidad de actuar de forma urgente.

En un discurso del pasado domingo el portugués ya había mencionado que "el punto de no retorno no está lejos en el horizonte, se ve y se nos acerca a toda velocidad".

Hay que bajar los grados

Hace unos días, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) asestó un golpe a las esperanzas de alcanzar un objetivo ideal de acuerdo de París de limitar el calentamiento +1,5 °C con relación a la era preindustrial. Habría que reducir las emisiones de CO2 un 7,6% anualmente, hasta 2030 para conseguirlo. Y no hay ninguna señal de que empiece a bajar.

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Las temperaturas ya han subido en torno a 1 ºC, multiplicando las catástrofes climáticas. Y cada grado adicional va a aumentar los efectos.

Al ritmo actual, la temperatura podría aumentar 4 o 5 ºC para final de siglo. Aunque los Estados cumplieran sus compromisos actuales, la subida del mercurio podría superar 3 ºC.

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"Sigue faltando voluntad política", lamentó Guterres, en referencia a que los mayores emisores de CO2 "no cumplen su parte".

"Algunos países como China y Japón dan señales de su reticencia a aumentar su ambición", dijo Laurence Tubiana, arquitecta del Acuerdo de París.

Estados Unidos acaba de confirmar su retirada del acuerdo el próximo año, pese a que sus ciudadanos siguen comprometidos con el cambio climático, aseguró la influyente presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, al frente de una delegación del Congreso de su país presente en Madrid como un gesto político.

El papel de Europa

En este contexto, los ojos se giran hacia la Unión Europea, que cuenta con amplia representación en la conferencia.

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"En un tiempo marcado por el silencio de algunos, Europa tiene mucho que decir en esta batalla", dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

"Porque así lo demandan nuestras sociedades. Pero también por una cuestión de elemental justicia histórica: si fue Europa quien lideró la revolución industrial y el capitalismo fósil, ha de ser Europa quien lidere la descarbonización", remarcó.

Los defensores del planeta esperan que en una cumbre europea del 12 y 13 de diciembre, los 28 puedan alcanzar un objetivo sobre la neutralidad de carbono para 2050. No obstante, habrá que esperar a 2020 para que la UE presente una revisión de sus ambiciones a corto plazo.

"Seremos los campeones de la transición verde", garantizó el nuevo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. "Tuvimos la revolución industrial, la revolución tecnológica, es la hora de la revolución verde", acotó.

Actualmente, solo 68 países se han comprometido a revisar al alza sus compromisos de reducción de emisiones de CO2 en 2020, antes de la COP26 en Glasglow, aunque solo representan el 8% de las emisiones mundiales, según los expertos.

Los países del sur buscaron hacer oír su voz, reclamando a los del norte asumir sus responsabilidades y ayudarlos a enfrentar los desastres que se anuncian.

"El agua cubre ya gran parte de nuestro territorio en un momento u otro del año (...). Nos rehusamos a morir", lanzó en un video la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine. 

La cumbre tiene lugar en Madrid luego de que Chile desistiera de albergarla a raíz de la revuelta social que vive el país. (I)