Las reformas al Código de la Democracia trajeron consigo un desafío para el Consejo Nacional Electoral (CNE) como la depuración del padrón, que se dividirá en dos: uno activo y uno pasivo.

A inicios de diciembre la Asamblea aprobó las reformas, que incluyen nuevas disposiciones para elaborar ese Registro Electoral. Falta que el presidente Lenín Moreno sancione los 168 artículos del texto, y su decisión se conocería estos días, con lo que las elecciones presidenciales y legislativas del 2021 tendrán nuevas reglas.

Apenas la ley esté vigente, el CNE tendrá 120 días para hacer una auditoría y depurarlo. El resultado de ese trabajo será que habrá dos registros.

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El activo constará de los ciudadanos que concurren a votar, y han obtenido sus cédulas de ciudadanía, así como a aquellos que cumplieron 16 años.

El pasivo lo integrarán quienes no hayan sufragado en las cuatro últimas elecciones, y que en ese periodo no hayan realizado ningún trámite en el CNE para ser habilitados.

El órgano estará obligado a publicar de forma permanente el registro pasivo para garantizar el derecho al voto.

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Estas disposiciones son fruto de las constantes críticas que el CNE enfrentó en la década pasada por parte de las organizaciones políticas, que denunciaban un padrón “inflado”.

Así lo recuerda Gilmar Gutiérrez, dirigente del Partido Sociedad Patriótica, que llevó sus denuncias hasta la Fiscalía y que no han tenido resultados. “Denunciamos que había alrededor de 2 millones de votantes en exceso. Después detectamos que había personas nacidas en 1800. Y una denuncia más grave es que estas personas supuestamente ejercieron el voto, porque así constaba en el registro del CNE”.

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Carlos Aguinaga, quien presidió el extinto Tribunal Supremo Electoral entre el 2000 y 2003, cree que hasta ahora hay “una base de datos enferma, que contiene identidades falsas, fallecidos, e información que no está verificada”.

En su periodo se hizo una depuración “de unos 325 000 fallecidos; sin embargo, se siguen manteniendo inconsistencias por la información que proviene del Registro Civil”.

Es así como no cree que deberían implementarse dos registros, sino uno solo que sea un “civil-electoral”, y que se integre a través de una “recedulación” de los ecuatorianos.

Advierte que al tener dos padrones se podría vulnerar el derecho al voto de aquellos que integren el registro pasivo. “Este nuevo documento puede ser manipulado políticamente, es altamente riesgoso, y va a crear confusión”.

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La idea del padrón pasivo –según José Cabrera, miembro del CNE y que también fue parte del ente transitorio– se apoya en que de acuerdo con estadísticas internas, un millón de personas no se acercaron a sufragar en los últimos cuatro procesos electorales.

Por eso realza su creación, así como la necesidad de que se publique en los medios de comunicación, y se hagan campañas para que los ciudadanos sepan si están inhabilitados. “La idea es dar tranquilidad al país, que la gente que está votando sea la que debe estar en el padrón”.

Néstor Marroquín fue observador electoral años atrás, y asegura que los errores del registro son históricos porque se hacen mal las validaciones.

La alternativa que plantea es que se haga una validación de las personas que están vivas a través de la “recedulación”.

Indica que los resultados del censo del 2010 no corresponden a la cantidad de personas que estaban en el registro electoral. “Es ahí en donde se calcula que hay más de un millón y medio de personas que están inflando”. En esencia, “el tema es interesante, pero no soluciona mucho si el Registro Civil no hace un esfuerzo”.

Del lado de las organizaciones políticas se exige transparencia. Alfredo Serrano cree que la depuración debe ser constante, y “respaldarán la línea que tenga como objetivo” tener un listado completo. “Es bueno un padrón pasivo, pero había cosas más urgentes, más rápidas que corregir”.

Para Geovanni Atarihuana, de Unidad Popular, la reforma es positiva “siempre y cuando el CNE trabaje con transparencia, porque ese padrón podría prestarse a cualquier travesura”. Espera que no haya “errores de buena fe que afecten derechos de participación” de quienes estén en el padrón pasivo.

Depuración (ente transitorio)

Registros datos de baja

El CNE transitorio ofreció en el 2018 un nuevo padrón, que tras una depuración arrojó 13 272 130 ciudadanos habilitados a votar en las seccionales del 2019. Se ‘dieron de baja’ 71 662 registros.

Explicaciones

El consejero José Cabrera detalla que encontraron a personas que tenían dos números de cédula, otras que tenían el mismo nombre, dos apellidos, padres con los mismos nombres, y cuando preguntaban al Registro Civil la respuesta era que había “homónimos perfectos”. (I)