Italia se dispone a aislar su región más rica y poblada, que incluye a su capital económica, Milán, como parte de una nueva serie de duras medidas que se espera sean aprobadas el sábado para intentar contener el brote de coronavirus.

Las nuevas reglas incluyen instar a la gente a que no entre ni salga de Lombardía, hogar de unos 10 millones de personas, al igual que en 11 provincias de otras cuatro de las 19 regiones de Italia, según un borrador de decreto.

Los desplazamientos para entrar y salir de esas zonas serán estrictamente limitados durante la cuarentena, en vigor hasta el 3 de abril, según el proyecto de decreto gubernamental citado por los medios, entre ellos los diarios Il Corriere della Sera y La Repubblica.

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Todos los museos, gimnasios, centros culturales, centros de esquí y piscinas serán cerrados en las zonas designadas, según el decreto, que está previsto entre en vigor el domingo.

Se espera que la legislación sea aprobada más tarde el sábado, dijo el jefe de la agencia de protección civil más temprano, después de que el número de infectados por el coronavirus se disparó en más 1200 en las últimas 24 horas.

Hasta ahora, solo unas pocas áreas limitadas del norte de Italia, conocidas como "zonas rojas", han sido puestas en cuarentena.

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Suspensión de actividades

Las ausencias laborales serán canceladas para todos los trabajadores de la salud; las bodas, funerales y eventos deportivos serán suspendidos y el teletrabajo deberá ser adoptado lo más que se pueda, según el proyecto.

Las 11 provincias afectadas están en torno a Módena, Parma, Piacenza, Reggio Emilia y Rímini, en la región de Emilia-Romaña; Venecia, Padua y Treviso en la región de Véneto; Asti y Alessandria en Piamonte; y la provincia de Pésaro y Urbino en la región central de Marcas.

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Todos los colegios y universidades serán cerrados en Lombardía y las provincias listadas al menos hasta el 3 de abril. El gobierno anunció esta semana la suspensión de clases en todo el país al menos hasta el 15 de marzo.

La epidemia ya está golpeando con dureza a la atribulada economía italiana y Roma se ha comprometido a gastar 7500 millones de euros (8500 millones de dólares) para frenar el brote y sus consecuencias. (I)