¿Qué realmente necesito? Posiblemente esta es una de las mayores enseñanzas que está dejando la cuarentena por coronavirus COVID-19.
Agua, comida y descanso, es lo que necesita básicamente el cuerpo humano para sobrevivir. Por supuesto, también es importante la seguridad, educación, estabilidad económica y emocional, entre otros requerimientos; pero esta crisis ha obligado a replantear qué es realmente vital.
“A la sociedad le interesa que usted consuma y que piense que el consumir le hace feliz”, escribió el economista y escritor español Eduard Punset Casals en su libro 'El alma está en el cerebro' (2016).
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En 2007, el sociólogo y filósofo polaco-británico Zygmunt Bauman publicó en su obra titulada 'Vida de Consumo': “Además de tratarse de una economía del exceso y los desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una economía del engaño. Apuesta a la irracionalidad de los consumidores, y no a sus decisiones bien informadas tomadas en frío; apuesta a despertar la emoción consumista, y no a cultivar la razón”.
Aún antes, el psicoanalista alemán Erich Fromm señaló: “La actitud inherente al consumismo es devorar todo el mundo. El consumidor es eterno niño de pecho que llora reclamando su biberón. Esto es obvio en los fenómenos patológicos, como el alcoholismo y la adicción a las drogas”, en su libro 'Tener o ser' (1976).
Tener presente la diferencia entre necesidad y deseo es algo que nos ayudará como especie a cuidar los recursos naturales y así nuestro propio bienestar.
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Medir el impacto del COVID-19 en el ambiente, tarea complicada
La pandemia del coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia. "Ninguna guerra, ninguna recesión, ninguna otra pandemia, ha tenido un impacto tan dramático en las emisiones de CO2 durante el último siglo como el que ha logrado el covid-19 en pocos meses", escribió recientemente Matt McGrath, corresponsal de medio ambiente de la BBC.
En la misma publicación del medio británico ('Coronavirus y el cambio climático: por qué la pandemia no es realmente tan buena para el medio ambiente') se destaca que incluso los sismólogos han notado que el planeta está vibrando menos. En las redes sociales circulan imágenes de aguas que se ven más cristalinas y animales que ahora pasean felices por las ciudades sin humanos a su alrededor. Sin embargo, se añade, los expertos advierten que el respiro que está viviendo el planeta es temporal.
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"Para lograr una disminución notable en las cantidades de CO2 en la atmósfera, se debería lograr una reducción sostenida del 10% a nivel global en el uso de combustibles fósiles durante un año, según el Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de San Diego, EE.UU.".
“Cualquier impacto ambiental positivo que surja de esta aborrecible pandemia debe ser un cambio en nuestros hábitos de producción y consumo hacia un ambiente más limpio y ecológico”, enfatiza Inger Andersen, directora del programa ambiental de la ONU, citada en la BBC.
Se suman las reflexiones de Robert Kaufmann, director del programa de energía y medio ambiente de la Universidad de Boston y especialista en el mercado del petróleo: La pandemia nos está mostrando formas alternativas de hacer las cosas. ¿A cuál de ellas nos vamos a adaptar en un mundo pospandemia?
Todo depende de qué aprenderemos durante la pandemia que nos fuerce a cambiar nuestros comportamientos. Mientras Róisín Commane, profesora de física climática en la Universidad de Columbia, enfatiza en la urgencia de medidas de impacto global: Necesitamos un cambio sistemático en la forma en que se genera y transmite la energía.
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¿Qué te hace falta?
Probablemente, durante esa emergencia no has comprado ropa nueva, accesorios de moda, ni el último modelo de celular. Entonces, ¿notaste que esto no era indispensable?
Seguro te has esforzado para no desperdiciar los alimentos, has hecho lista de compras, menú semanal, cocinado en casa, aplicado métodos de conservación como separar en porciones, congelar, precocinar, entre otros. Estas son prácticas ecoamigables y deben volverse un hábito.
"La crisis climática no te dará la oportunidad de quedarte dos meses en casa y luego volver a la normalidad”, dice Kaufmann. "Cuando la crisis climática llegue será más severa... y no la vas a solucionar de la noche a la mañana con una maravillosa vacuna (...) No hay una cura mágica para el cambio climático”, concluye el profesor.
¿Qué es lo que más extrañas de la vida antes del Covid-19? Seguramente es compartir con la familia y los amigos. Las cosas materiales pasan a segundo plano y esa enseñanza debe perdurar.
Interrelación de salud humana y ambiental
La Tierra es una sola y cada compra, consumo y acción afecta a todos. La deforestación, la caza de especies silvestres, el consumo irresponsable de recursos tienen mucha relación con las pandemias.
En la edición de julio de 1999, la revista National Geographic publicó un detallado reportaje de David Quammen titulado 'Contacto letal', donde se advierte que la palabra 'zoonosis' será muy utilizada en el futuro. Se refiere a cuando un patógeno da el salto de un animal no humano a una persona y logra tener éxito; es decir, infectarlo.
"Aproximadamente el 16 % de todas las muertes en el mundo pueden atribuirse a las enfermedades infecciosas, y las zoonosis representan el 60 % de las enfermedades infecciosas conocidas y el 75 % de las enfermedades infecciosas emergentes, según el National Institutes of Health.
Las zoonosis pueden transmitirse de muchas maneras, entre ellas por la mordida de animales y la picadura de insectos; por acariciar o manipular animales enfermos; y por consumir carne poco cocida, leche sin pasteurizar o agua contaminada. Los tipos de patógenos que pueden ser transmitidos de animales a humanos incluyen bacterias, parásitos, hongos y virus, señala una publicación de National Geographic de abril pasado, a propósito de la emergencia sanitaria mundial por coronavirus COVID-19.
Diversos estudios científicos evidencian cómo la deforestación, la expansión de los monocultivos y la contaminación ambiental en general se relacionan con el incremento de enfermedades en humanos.
Reducir, reutilizar y reciclar toma más importancia que nunca. Crear huertos en casa, comprar productos locales, apoyar el comercio justo, abogar por el cambio de políticas públicas son también maneras de contribuir. Infórmate adecuadamente, toma conciencia y pasa a la acción. Con más empeño, debemos convertir nuestro universo en un EcoUniverso. (F)