La forma en que los ecuatorianos acudirán a las urnas el 7 de febrero de 2021 para elegir presidente de la República y asambleístas, en medio de la pandemia del COVID 19, dependerá de la decisión del pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE). Pero esta, a su vez, está supeditada a un voto: el de Esthela Acero Lanchimba.

Para evitar contagios de coronavirus por las aglomeraciones que caracterizan a los procesos electorales, cuatro consejeros se han inclinado por tres alternativas. Solo Acero no ha hecho pública su posición.

Así, el vicepresidente Enrique Pita y el consejero Luis Verdesoto plantean una alternativa híbrida: presencial y telemática. Esta última a través de internet con el uso del celular o la computadora.

Publicidad

La presidenta Diana Atamaint y el vocal José Cabrera proponen una elección segmentada presencial en tres días. Y otra en la que se vote en un solo día, pero incrementando el número de recintos.

La resolución sobre cuál de ellas se adoptará dependerá de la mayoría del pleno. Y esa ‘mayoría’ usualmente la da Acero, que el viernes pasado dejó entrever sus inquietudes.

Tenía problemas con el internet, y cuando se arregló se quejó: “Eso me pasa por vivir en la comunidad, así estamos queriendo hacer voto telemático, estamos jodidos los de la ruralidad”, dijo ella, que pertenece a la nacionalidad indígena kayambi.

Publicidad

Pita aprovechó su comentario y la desafió. “Consejera, ayúdenos a que el CNE tome la decisión de definir cuál es el sistema de elección que vamos a llevar adelante para que podamos tener claro, nosotros, la ciudadanía, las organizaciones, cuáles son los plazos a futuro. ¿Va a ser presencial? ¿En tres días? ¿En un día? Perfecto, si ustedes lo deciden. Pero hay una falta de decisión que es inexplicable”, increpó.

En el CNE, Esthela Acero es quien inclina la balanza. En un pleno puede hacer mayoría con Atamaint y Cabrera; o con Verdesoto y Pita. Ella decide.

Publicidad

Su carrera política se inició como asambleísta correísta en el periodo 2013-2017. Luego, en el concurso de selección del CNE que organizó el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) transitorio fue el nombre que Alianza PAIS (AP) planteó para ocupar la consejería.

El 10 de marzo, el expresidente Rafael Correa le dedicó un tuit: “Estela: ¿te prestarás a esta sinvergüencería?”. El exmandatario denunciaba que el Gobierno actual preparaba un “paquetazo electoral” para evitar su participación en los próximos comicios, tras conocerse un informe borrador de la Contraloría que recomendó la extinción del movimiento Fuerza Compromiso Social (al que se adhirió políticamente) porque no había alcanzado el número de firmas para su inscripción.

Acero es reservada. Prefiere el ‘bajo perfil’ y hasta borró su cuenta de Twitter. Aunque ese recato público se contrapone con la influencia que tiene en la estructura administrativa del Consejo.

Se conoce, por ejemplo, que por recomendación suya se designó a Luis Bonifaz en la coordinación de Procesos Electorales, quien en las redes sociales mostraba su afecto a Juan Pablo Pozo y Domingo Paredes, expresidentes del CNE y afines a Correa.

Publicidad

Ese cargo, también por pedido de Acero, lo ocupó luego Luis Loyo, que ahora está preso por tráfico de influencias. Esta última designación arrastró a Atamaint a enfrentar un juicio político en la Asamblea.

Su voto fue clave, además, en la aprobación del calendario y de la declaratoria del inicio de periodo electoral.

En marzo, Atamaint no tenía ese voto y después de tres intentos buscando llegar a acuerdos con Acero, esta última pidió que el cronograma contenga las propuestas de Pita, como realizar auditorías a los sistemas informáticos. Votaron a favor ella, Pita y Verdesoto.

Esa ‘mayoría’ duró poco porque después apoyó a Atamaint y Cabrera para declararse en periodo electoral. Y los otros volvieron a ser minoría. (I)