Como lo más gratificante, llenador y desafiante califica la experiencia de ser papá. Esto ha permitido a Andrés Zambrano adentrarse en un mundo desconocido y aprender. Dice que el temor que genera la paternidad se siente todos los días porque no hay un manual: “Actúas, te equivocas, aprendes, creces con tu pequeño”.

El temor aumentó cuando a Matías y a él les diagnosticaron el síndrome de Asperger, pero con ayuda profesional han logrado derribar obstáculos.

El rechazo escolar que sufrió su hijo en su primera escuela fue una de las etapas más duras.

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Tuvo sentimientos de negación y culpabilidad. Los superó cuando empezó a informarse más del tema y comprender sobre el Asperger.

Para él, la desinformación es “la madre del prejuicio”, ya que se tiende a confundir al Asperger con “retraso” mental u otras condiciones: “La detección temprana fue clave. Nos permitió informarnos y hacer las terapias”. Afirma que Matías es su mejor amigo. (I)