El domingo antes de que se cierren los vuelos como una de las medidas para evitar la propagación del COVID-19 en Ecuador, Ricardo Medina y su familia regresaron de Estados Unidos. Les tocaron 14 días de cuarentena y luego en el confinamiento que todos experimentamos.

Como otras familias él, su esposa y sus hijos Ricardo Joaquín (12), Anapaula (10), Juan Martín (8) y Matías (4) se han adaptado a una nueva realidad que lleva compartir más tiempo. Las reglas están claras: cuando papá trabaja frente a la computadora nadie juega cerca. Eso no ha evitado a alguno corriendo en medio de una reunión.

Dedicado a negocios de publicidad y comunicación dice que sus hijos han sido planificados. Lo que ha sido una coincidencia es repetir la historia de tres a uno: él fue único entre tres hermanas y Anapaula es única entre tres hermanos. A eso atribuye “un link emocional” con ella, además de que “las mujercitas son más afectivas”, dice sin restar la cercanía con sus varones. (I)