Más de dos décadas de estudios se ven reflejados en una plataforma digital a la que se tiene acceso colocando River Dolphin Dashboard en los buscadores. Esta incluye un mapa interactivo sobre la situación de los delfines de agua dulce del Amazonas, en América del Sur.

En un mapa se observa la distribución de las dos especies oficialmente reconocidas a nivel mundial, que son el delfín rosado (Inia geoffrensis) y el tucuxi (Sotalia fluviatilis), ambos presentes en Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Guyana y Brasil.

Los estudios abarcan el análisis del material genético, los sitios contaminados por mercurio, el conteo del número de ejemplares y las amenazas de las represas hidroeléctricas ya construidas y planificadas en la Amazonía, así como la ubicación de áreas protegidas y las tierras indígenas.

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Las 42 expediciones realizadas para el conteo de delfines de agua dulce han recorrido 47 mil kilómetros de ríos. Sin embargo, solo se ha cubierto el 19 % de la distribución total del delfín rosado y el 52 % del hábitat del tucuxi.

En las expediciones a lo largo del río Coca y Napo, en Ecuador, se contabilizó a 28 delfines rosados y ningún tucuxi en el 2017, censo incluido en la recopilación regional.

Más al norte del país, dentro de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, en Sucumbíos, se registraron más: 147 rosados y 17 tucuxis. “Tenemos una densidad baja de delfines en el país, pero las poblaciones se han mantenido en el tiempo según un último censo realizado en el 2019 en el río Aguarico, cuyo análisis de datos se está terminando”.

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Estos conteos son el menor número de ejemplares registrados en las expediciones de la región, seguidos por los de Colombia con 240 rosados y 70 tucuxis, en el 2015.

No hay una distribución uniforme de las dos especies reconocidas. Hay áreas donde se pueden encontrar miles como en el río Purús, en Brasil, donde en el 2012 se contaron 7.000 rosados y 9.000 tucuxis.

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Jessica Pacheco, oficial de Bosques y Agua del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), dice que la pandemia impidió la colocación del tag satelital en algunos ejemplares del Ecuador, lo que se ha planificado para febrero próximo.

“Con esto podremos ver por dónde se mueven , dónde están cuando el nivel de los ríos sube o baja, es decir, dónde van según las condiciones climáticas”, dice Pacheco.

En la región ya se han colocado: en Colombia (15), Perú (8), Bolivia (5) y Brasil (5), desde el 2017.

Lo que sí se ha determinado en el país son las amenazas como la contaminación de los ríos con mercurio. “Sabemos que (el metal pesado) sí está en casi toda la cuenca amazónica del Ecuador, esto se lo divulgará cuando culminemos el estudio”, indica la especialista.

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“Al momento encontramos mercurio en los peces, según muestras recogidas en la Amazonía norte y sur, en Puerto El Carmen, Coca, en mercados, ríos prioritarios y poblaciones de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, Parque Nacional Yasuní, más cinco comunidades del territorio achuar en Pastaza”, agrega.

El delfín rosado está en la categoría ‘En Peligro’, en el país. Foto: Cortesía de WWF Ecuador

La instalación de hidroeléctricas en la cordillera de los Andes sí puede afectar de manera indirecta a las poblaciones de los delfines amazónicos del país, pero no hay proyectos planificados en las provincias orientales: “Se pueden dar procesos de sedimentación, inundaciones o menos agua”.

El delfín rosado y el tucuxi están en la categoría de ‘En Peligro’, en Ecuador.

Una estrategia para salvarlos es que los pobladores vean al delfín como una forma de obtener recursos a través del avistamiento en su hábitat. “Martinica es la única comunidad del Ecuador que ha logrado improntar a un ejemplar, sin la necesidad de que viva en cautiverio”, dice Pacheco.

La plataforma digital recopila gran parte de lo que se sabe sobre los delfines amazónicos, con información precisa sobre distribución, muestras de material genético, amenazas y las áreas donde están más protegidos. Así “podemos hacer análisis más calificados y tomar mejores decisiones para buscar la conservación de estas especies”, añade Miriam Marmontel, investigadora del instituto brasileño Mamirauá.

“Asegurar la calidad del agua de los ríos y el equilibrio de las poblaciones de peces es vital no solo para los delfines, sino también para la calidad de vida de los casi 34 millones de habitantes que viven en la Amazonía”, enfatiza Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha.

Los delfines son mamíferos que migran y dependen de los peces migratorios para su alimento, por lo que se ven afectados por los mismos problemas que enfrentan estos como la sobrepesca. (I)

Los datos sobre los delfines están en la web desde octubre pasado. Foto: Cortesía de WWF Ecuador