Chile se encuentra actualmente en proceso de reformar la Constitución que data desde la dictadura de Augusto Pinochet, un nuevo marco jurídico fue una de las principales demandas de los manifestantes durante lo que se conoció como el estallido social que inició en octubre de 2019. Rodrigo Pérez, embajador de Chile en Ecuador, dice a este Diario que el país tiene gran expectativa por conseguir leyes que combinen perfectamente lo que exigen los chilenos, pero sin afectar el desarrollo económico que el país ha mantenido por al menos tres décadas.

¿Considera que en Chile era necesario cambiar la constitución?

Personalmente no, pero obviamente el deseo del pueblo y del gobierno es algo que se debe manifestar y se manifestó categóricamente a través del resultado del acto plebiscitario del 25 de octubre de este año, en donde la ciudadanía con un abrumadora mayoría del 80 % decidió cambiar la carta constitucional por una nueva carta constitucional y a través de un mecanismo que es Asamblea Constituyente, 155 asambleístas van a tener en abril la responsabilidad de darle, sugerirle al pueblo de Chile una nueva Constitución. Ese documento va a ser sometido a un plebiscito de salida que se va a hacer durante el segundo trimestre de 2022.

Publicidad

Como chileno, ¿Qué temas cree que deben ser considerados en la nueva constitución que tendrá el país?

El principal desafío es encontrar un equilibrio entre lo que son las demandas sociales legítimas que tiene el pueblo chileno y el modelo de crecimiento y desarrollo económico que le ha permitido al país desarrollarse, además de temas que están muy presentes en la memoria de los chilenos, que tienen que ver con los pueblos originarios, medio ambiente y en definitiva todo aquello que los 155 constituyentes que sean elegidos el 11 de abril decidan. El desafío de la nueva Constitución será encontrar un equilibrio.

¿Con esta nueva Constitución hablaríamos tal vez de que Chile se encamina también a tener una nueva política pública más inclusiva?

Publicidad

Sí, sí, sin duda. Como le decía, el pueblo chileno se expresó mayoritariamente en una proporción de 80% contra un 20% en un plebiscito que fue ampliamente participativo. Y como todos los procesos eleccionarios que hemos desarrollado en Chile, yo creo que ejemplar por la alta participación que hubo. Además porque la gente en pandemia salió masiva y disciplinadamente a la calle. De hecho los índices de contagio que hubo post acto plebiscitario prácticamente no existieron, fueron mínimos, lo que habla del nivel de responsabilidad de la gente, que no solamente salió a participar en un acto democrático, sino que también salió cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad. Entonces yo creo que eso habla bien de la disciplina y del carácter del pueblo chileno en este sentido. Por eso que yo tengo grandes esperanzas respecto de que lo que los convencionales constituyentes van a proponer a la ciudadanía va a ser una Constitución que va a combinar perfectamente. Y ese, como le decía es el principal desafío, buscar un equilibrio entre las justas demandas sociales y el modelo de crecimiento y desarrollo económico que el país ha dado en los último 30 35 años.

Porque convengamos que sin crecimiento económico, sin desarrollo, sin inversión, es bien difícil promover medidas de inclusión, de igualdad, etc. Usted necesita tener una base económica, una base de crecimiento económico constante, de tal manera de proveer lo que para mí es esencial y obviamente es responsabilidad del Estado. En ese sentido es una política de empleo. Para mí el mejor subsidio es crear empleos y para crear empleos hay que invertir, porque de lo contrario aquí no hay recetas mágicas. Las cosas funcionan sobre la base de la realidad y la realidad es que sin crecimiento económico, sin inversión, evidentemente es bien difícil que un Estado puede ofrecer lo que corresponde a sus ciudadanos.

Publicidad

¿Cree que la nueva Constitución sirva tal vez para aplacar el estallido social que vive el país?

En eso yo quiero ser bien claro y franco. Chile es un país de paz, un país con los ciudadanos que anhelamos vivir en paz y anhelamos crecer y no queremos tirar por la borda lo que nos ha costado tanto tiempo construir por muchos años. Evidentemente, lo que se llama estallido social, sin duda, obedece a unas justas demandas, pero también al lado de ese estallido social hay un grupo de delincuentes que obviamente son los que promueven la destrucción. En este caso de como ocurrió el 18 octubre, el año pasado de 70 estaciones del Ferrocarril Metropolitano de aproximadamente 150 que tuvieron un costo de reparación de $250 millones y ya está funcionando plenamente. Estos grupos son los responsables también del saqueo de supermercados, de incendiar iglesias, etcétera. Ese no es el pueblo chileno, esos son delincuentes. Delincuentes que están amparados por el uso de máscaras, de antifaces, son cobardes porque no dan la cara, pero también sin duda, gente que es parte del crimen organizado, porque a quién le interesa, a qué ciudadano o persona normal le interesa la destrucción de lo que tanto le sirve? si yo soy usuario de un ferrocarril metropolitano que por año ha sido modelo, qué afán de destruir si el propio afectado voy a ser yo.

Entonces, evidentemente son grupos de delincuentes criminales organizados y que lo que generan es obviamente un ambiente y una sensación de inseguridad que lamentablemente muchas veces es informada desde el exterior o desde el interior por los medios de comunicación, como si fuese una gran cantidad de ciudadanos y que son todos los ciudadanos, pero también los ciudadanos, salen y protestan porque es su derecho constitucional y lo hacen la gran mayoría en paz.

¿Esperan ustedes que en este tiempo, mientras está el proceso constituyente, se aplaquen estos incidentes?

Publicidad

Yo creo que debería, porque la gente al final se cansa de esto y va aislando sola a estos grupos marginales de delincuentes. Y además, digamos que, como le decía, Chile es un país de gente pacífica, como lo es Ecuador, en donde lo que nos interesa es el bienestar, poder educar a nuestros hijos y poder desarrollarnos en términos de crecer, porque cuando uso esa palabra me refiero al crecimiento económico, social, educacional.

¿Cómo ve el futuro de la clase política en Chile, con la baja popularidad que el presidente Sebastián Piñera y el Congreso enfrentan?

Yo creo que el presidente Piñera ha hecho un gran trabajo junto con su equipo político. Lo que pasa que insisto, hay sectores que están y que existen y que son majaderamente, opositores y que nada les gusta, da lo mismo lo que uno haga, que al final, siempre voy a ser criticado. Entonces mi impresión es que el trabajo que ha hecho el Gobierno ha sido de excelencia. ¿Y por qué lo digo? Porque inmediatamente que ocurrió lo que se llama el estallido social, el 18 de octubre del año pasado, un mes después, el 15 de noviembre, a instancias del Gobierno promovido por el presidente Piñera, se logró un acuerdo entre todos los partidos políticos, excepto el Partido Comunista, un acuerdo por la paz y un nuevo plebiscito.

Todo ese proceso y todo lo que ha ocurrido en términos de lo que está en la agenda política, ha sido liderado por el Gobierno, del presidente Piñera, lo que ha llegado al Congreso. Las ideas más sustantivas respecto de las reformas previsionales, de las reformas de materia de seguridad de todo lo que usted pueda ver, entonces yo creo que es importante reconocer eso. Lo que pasa es que claro, la ciudadanía muchas veces la lectura que hace distinta, entonces, como tiene que culpar a alguien, evidentemente culpa al gobierno y en ese sentido, claro, al que está de turno, en este caso el gobierno del presidente Piñera.

Chile es un país que este año va a tener, de acuerdo a los índices internacionales, un crecimiento de -6%, pero el próximo año esperamos un crecimiento aproximadamente cercano al 5% y ya se nota, porque algunos indicadores, por ejemplo, que miden el índice de crecimiento de la economía dan esas señales que son bastante positivas.

Chile enfrentará en noviembre de 2021 una elección presidencial, ¿qué se espera?

Sin duda el próximo año va a ser muy eleccionario. Tenemos varias elecciones al frente nuestro, no solamente la de abril del 11 para elegir convencionales constituyentes, sino que hoy también hay otras más, el próximo año tenemos nueve actos eleccionarios. Claro que las más importantes son las del 11 de abril donde se eligen los asambleístas constituyentes y luego en noviembre, el 21, que es la elección presidencial y parlamentaria. Yo no tengo duda de que el pueblo chileno va nuevamente a salir masivamente a la calle y va a ejercer su derecho a sufragio como lo hemos hecho siempre pese a que Chile tiene un voto voluntario. (I)