En 1937 se descubrió en Pecos (Texas, Estados Unidos), la momia de un hombre que estaba bien conservada, incluso se veía lo último que había comido: plantas y saltamontes. En un estudio se asegura que esta persona falleció de Chagas, una enfermedad transmitida por un parásito, que afecta a las funciones gastrointestinales, llegando incluso a inflamar el colon.