La pandemia por el COVID-19 obligó a que la Diablada Pillareña, que forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador desde el 2009, no se desarrolle por las calles céntricas de Píllaro, como es costumbre, entre el 1 y el 6 de enero de cada año.

En esta ocasión se hizo ayer la representación simbólica en la hacienda Huagrahuasi, a veinte minutos de Píllaro, ubicada a 3.200 metros de altura, hasta donde llegaron 30 diablos y parejas de línea, así como la banda del Municipio pillareño y un reducido número de personas, todos utilizando mascarillas y evitando la aglomeración.

A las 12:30 fue la presentación de los diablos y parejas de línea que hicieron el ingreso por las calles aledañas a la hacienda, para concentrarse en el patio central. Ahí dieron rienda suelta a los bailes al ritmo de sanjuanitos, albazos y pasacalles.

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El acto fue transmitido por internet, pues solo ayer y este 6 de enero se realizarán desfiles en vivo para que el público los pueda ver por redes sociales. Los otros cuatro días (desde hoy) se emitirán grabaciones de ediciones anteriores.

El alcalde de Píllaro, Francisco Yanchatipán, contó que pese a la pandemia no quisieron dejar pasar por alto la representación de la Diablada Pillareña, parte de la cultura del pueblo pillareño, para lo cual se tomaron todas las medidas de bioseguridad recomendadas para evitar contagios por aglomeraciones.

La directora de Cultura del Municipio de Píllaro, Diana Mesías, recordó que la Diablada Pillareña era esperada por mucha gente del cantón, porque por la concurrencia de más de 10.000 turistas generaba ingresos económicos por alrededor de $ 1,2 millones, pero en este año por lo de la pandemia no se hizo.

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Además de la representación de ayer se tiene previsto hacer otra este 6, también en lugar cerrado, cuya reserva se mantiene para evitar que acudan personas y puedan provocar aglomeraciones.

Carlos Velasco es cabecilla de la partida (comparsa) de la comunidad Guanguibana La Paz. Dijo que se pusieron de acuerdo para que haya una representación de 30 personas de todas las partidas, porque están conscientes del peligro que representa el virus. Por ello acatan las disposiciones para evitar las aglomeraciones, pues en este tiempo de pandemia lo más importante es precautelar la salud.

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Pero resaltó que tampoco se podía dejar de hacer un homenaje, tomando en cuenta el significado de la Diablada Pillareña para el pueblo del cantón, a sabiendas de que la celebración había nacido de la rebelión en contra de la opresión de los hacendados.

Los hermanos Edwin, de 19 años, y Stalin Iza, de 11, se vistieron de diablos. Comentaron que en las familias pillareñas sus integrantes bailan por generaciones y que es una tradición arraigada en el pueblo.

Su participación los hizo sentir contentos, ya que a pesar de la pandemia pudieron salir a danzar el 1 de enero.

Otro participante fue Franklin Moreno, quien aseguró que baila en la Diablada Pillareña con diferentes personajes desde hace 35 años. Destacó que se haya hecho una representación de la comparsa.

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Estefanía Chicaiza fue una de las pocas personas que pudo ingresar a la hacienda a observar la Diablada Pillareña.

"Como pillareña me siento triste porque no se puede ver el recorrido de los personajes por las calles, pero se debe entender que por la pandemia debemos cuidar nuestra salud", aseveró. (I)