Este miércoles es un día clave en la saga judicial que desde hace más de una década lleva enfrentando en el Reino Unido el fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange. La jueza británica Vanessa Baraister, quien rechazó su extradición a EE. UU. el lunes, debe decidir si le concede la libertad provisional.

Sin embargo, el dictamen que haga Baraister no pondrá fin a la batalla legal contra la extradición de Assange, que podría durar varios años, dado que la Fiscalía británica, en representación de la Administración de EE. UU., indicó que recurrirá el veredicto ante el Tribunal Superior de Londres dentro del plazo de 14 días.

El doctor Carlos Estarellas Velázquez, experto ecuatoriano en derecho internacional y catedrático universitario, coincide en que la apelación de la Fiscalía hará que todo el proceso entre en etapa de espera.

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“Son leyes internas de Inglaterra, la Fiscalía apela y todo queda en un proceso de espera y a ver qué es lo que se decide de esa apelación; si existe esta apelación habrá que esperar que se dilucide”, apunta.

El jurista dice también que lo fundamental en estos momentos para Assange es definir cuál será y cómo queda su situación legal en el Reino Unido, ya que de esto va a depender el que pueda llegar a aceptar y se concrete el asilo político que México le ofreció o el que su padre, John Shipton, ha pedido a Nueva Zelanda.

“Es bastante difícil que le concedan un asilo porque él tiene acciones judiciales en Inglaterra, si bien es cierto que le negaron la extradición habría que ver qué decisión toman en relación con su permanencia dentro del país”, agrega.

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Otra traba a la que Assange podría enfrentarse en el caso de que su situación legal en el Reino Unido cambiase es que al acceder a un asilo político en cualquier país necesitará de un salvoconducto para poder salir de territorio británico.

Estarellas recuerda que este fue el mayor impedimento al que se enfrentó Assange cuando estuvo asilado en la Embajada de Ecuador en Londres desde el 2012 hasta el 2019.

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La base del asilo es complicada, necesita un salvoconducto para que pueda salir y llegar a México. Por eso fue que el señor Assange no pudo venir al Ecuador, porque Inglaterra siempre le negó el salvoconducto, ese permiso para que pueda salir del país”, Doctor Carlos Estarellas Velázquez, experto en derecho internacional.

“El asilo es todo un asunto diplomático, el señor Assange tendrá que entrar a la Embajada de México y México formalmente tendrá que conceder el derecho del asilo y a su vez el embajador de México deberá solicitarle al Gobierno británico que se le conceda el salvoconducto para que pueda salir”, explica Estarellas.

El experto señala también que en el caso de que hoy se decida conceder la libertad condicional al australiano, de 49 años, esta figura legal hace imposible otorgar un salvoconducto, ya que Assange tendría aún un vínculo legal con la justicia británica. “Si le dan una orden de libertad condicional, no se le podría dar un salvoconducto”, menciona.

En tanto y pese a que el fallo de la justicia británica fue considerado un triunfo legal para el australiano, que podría enfrentar hasta 175 años de cárcel en Estados Unidos por haber difundido más de 700.000 documentos clasificados desde 2010, algunos analistas estadounidenses creen que su caso sigue siendo una amenaza para la libertad de prensa.

La justicia británica “aceptó la acusación de la justicia estadounidense, aunque rechazó la solicitud de extradición”, señaló en su cuenta de Twitter Jameel Jaffer, experto en libertad de prensa de la Universidad de Columbia. “El resultado es que la sombra de la acusación de Assange seguirá flotando sobre el periodismo de investigación”, subrayó. (I)

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