Embarcarse en un bus que cubra la ruta Puyo-Chapitza-Copataza, hacia el interior de las comunidades indígenas kichwa, shuar y achuar, parroquia Simón Bolívar, cantón Pastaza, es “toda una aventura”, especialmente cuando se llega al lugar en donde la carretera se interrumpe para cruzar primero el río Washintza y luego el Tintikiam.

Freddy Yánez comentó que por trabajo, para realizar videos turísticos de manera regular, viaja por la zona, donde constata el peligro de atravesar los ríos, sobre todo cuando llueve con fuerza y el caudal sube. Ahí es imposible que puedan seguir.

Explicó que cuando los buses cruzan, los pasajeros solo se “encomiendan” para que nada pase. En el caso de las camionetas, estas ponen piedras grandes en el balde para evitar que floten con el fin de pasar de una a otra orilla. Pero los autos definitivamente no pueden hacer esto ni cruzar.

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Yánez comentó que incluso a través de los dirigentes de las comunidades indígenas se realizaron las gestiones para que el gobierno provincial de Pastaza construya los puentes con el fin de evitar el riesgo que corren al momento de cruzar los ríos.

El prefecto de Pastaza, Jaime Guevara, dijo que esta carretera es parte de los ejes viales multimodales (que el transporte terrestre se complementa con el fluvial y aéreo para el ingreso al interior) que se encuentran en plena etapa de implementación, que la vía se concluyó en el 2019 en una extensión de 53 kilómetros y que en esta parte está prevista la construcción de dos puentes sobre los ríos Washintza y Tintikiam, que tendrían 70 y 90 metros de largo.

Aseveró que el año anterior por la crisis debido a la pandemia, los recursos fueron cada vez más escasos y que incluso no se entregaron $ 17 millones de las leyes de Equidad y Amazónica que reciben los gobiernos autónomos descentralizados de la Amazonía. Aquello dificultó la ejecución de obras como los dos puentes, que bordean los $ 1,9 millones, resaltó.

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Guevara aseguró que al no tener los recursos disponibles, y sabiendo del requerimiento de las comunidades, se golpearon puertas para encontrar apoyo. Hay la preaceptación de la Embajada de Japón para en este año hacer una donación.

En la planificación de la Prefectura de Pastaza consta para este año la atención a la zona, porque el eje vial beneficia a la parroquia Sarayaku y llegaría a Perú. (I)