La decisión del presidente colombiano, Gustavo Petro, considerado de izquierda, de incrementar los precios de la gasolina en su país, que fue anunciada estos días en sus redes sociales, levanta un debate en Ecuador, justamente cuando se mantienen mesas técnicas que buscan encontrar acuerdos para una focalización de los subsidios. Petro hizo el anuncio ahora desde el sillón presidencial; pese a que en 2019, también por redes sociales, se oponía a la eliminación de subsidios calificando a esa medida como una receta neoliberal del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente Petro presentó su anuncio el domingo pasado en los siguientes términos: “La mitad del déficit del presupuesto nacional se debe a un subsidio creciente a los consumidores de gasolina”. Asimismo, llamó a un debate a la ciudadanía sobre el tema y se preguntó “¿Vale la pena subsidiar la gasolina por 40 billones (pesos) cuando la tasa de mortalidad infantil por desnutrición se duplica?”. Pero además advirtió a los consumidores de gasolina que Colombia irá hacia la senda de incremento de precios. El problema en Colombia sería que el fondo de estabilización con el que se manejaba un precio subsidiado estaría en déficit por falta de cumplimiento de los pagos del anterior gobierno.

Frente al anuncio, Gary Espinoza, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin) y quien está trabajando en las mesas de diálogo actualmente, dijo en entrevista con Ecuavisa estar de acuerdo con Petro, en el sentido de que se quiten los subsidios a quienes más tienen, “esa debe ser la línea”. Para Espinoza, el de Petro es un proyecto de izquierda que busca favorecer a los que menos tienen y exigirles mayor esfuerzo o aporte en lo que tienen.

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En Ecuador, el Gobierno busca focalizar un subsidio para quienes más lo necesitan, pero retirarlo a quienes mejor posición económica tienen, pues se ha comprobado que estos subsidios le cuestan al país casi $ 4.000 millones y benefician en mayor proporción a los quintiles más ricos de la población. Este planteamiento no ha sido aceptado por las organizaciones indígenas que insisten en mantener el subsidio general, pero retirarlo solo a pocos beneficiarios.

Para Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, el anuncio del presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha causado revuelo en la sociedad ecuatoriana porque es una muestra de que los sectores que se dicen de izquierda en el Ecuador están desubicados. “Es una oportunidad para abrir los ojos localmente sobre las incongruencias de ciertos sectores que se identifican como sociales”, comentó. Normalmente se asocia a la izquierda con la defensa del tema ambiental y que consideran adecuado colocar impuestos a los combustibles para desincentivar su consumo; sin embargo, los sectores sociales en Ecuador defienden los subsidios.

Normalmente los sectores de izquierda se preocuparían por defender el bienestar de sectores de menores ingresos, pero en Ecuador están defendiendo un subsidio regresivo, que según se conoce el 55 % llega al quintil más rico de la población, explicó.

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En cuanto a las conversaciones en las mesas de diálogo en Ecuador, Acosta consideró que la propuesta que ha hecho el sector social no genera un verdadero cambio en la estructura de los subsidios, pues a quienes se está señalando como que saldrían del subsidio ahora mismo ya no lo utilizan. Serían personas de mayores recursos que usan gasolina súper que no está subsidiada. Indicó que la discusión en la mesa desde el principio estaba mal concebida, pues no se pusieron de acuerdo ni siquiera en qué es focalización. Para el sector indígena, es aumentar el subsidio a ciertos sectores y retirar el subsidio a pocos. El concepto técnico de focalización, según Acosta, es que se entregue el subsidio solo a los sectores que lo necesitan.

En realidad, de las declaraciones del sector social sobre combustibles, su propuesta sería la siguiente:

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Retirar subsidios

  • Personas que ganan más de 42.000 al año.
  • Personas con vehículos con cilindraje de 2.500 c. c. en adelante.
  • Al sector camaronero y pesquero.

Aumentar subsidios

Al sector agrícola, mototaxis, transportistas públicos y fluviales en 30 centavos (es decir, reducir de $ 2,40 a $ 2,10 el galón de gasolina extra y ecopaís) y 25 centavos (bajar de $ 1,75 a $ 1,50 el galón de diésel).

Oswaldo Erazo, presidente de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo (Camddepe), expresó que el fondo de estabilización de los precios de derivados que se manejaba en Colombia no estaba siendo alimentado correctamente.

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En todo caso, comentó que el presidente Gustavo Petro debería aprender de experiencias de otros países y no subir con una medida de shock el combustible, sino hacerlo de manera gradual cada mes. Recordó que eliminar el subsidio no es igual que colocar a precios internacionales, pues en el caso colombiano también producen gasolina en sus propias refinerías y esto abarataría el costo.

En cuanto a la relación con Ecuador, dijo que evidentemente el mayor incremento de la gasolina representaría que el combustible ecuatoriano de precio congelado se volvería más atractivo aún para el contrabando.

Para Erazo, el caso colombiano deja varias lecciones al Ecuador. La primera es que si se quiere tomar una medida de política económica se lo debe hacer de entrada, cuando la popularidad es alta. También queda claro que mantener subsidios perjudica las finanzas de un Estado y que es preferible usar esos dineros en temas sociales, como lo que en este momento se plantea en Colombia. Para el caso del Ecuador, agregó, no se puede seguir manteniendo la estructura de subsidios actual. Los subsidios deben ser eliminados o, por lo menos, focalizados en Ecuador. (I)