El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) registrará en el 2022 serias complicaciones para continuar pagando las pensiones de sus jubilados. La poca liquidez del fondo de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), el diseño del sistema que presenta déficits, así como la dificultad del fisco en cumplir con el aporte del 40%, son los principales problemas que aquejan a la Seguridad Social y que generarán las dificultades en el pago para el próximo año.

Esas son las principales conclusiones del estudio realizado por parte del Banco Mundial y una serie de expertos en Seguridad Social y que fue presentado este viernes por el Ministerio de Economía y Finanzas. En este sentido, una reforma a la Seguridad Social es impostergable, y se requeriría que en el 2021 y primeros meses del 2022 se pueda aplicar dicha reforma, con una discusión previa por parte de la sociedad en su conjunto.

La presentación de resultados la hicieron Augusto de la Torre, quien fue economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe y actual catedrático de la UDLA, y Heinz Rudolph, economista líder en temas financieros del mismo multilateral.

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De acuerdo con De la Torre, el sistema ecuatoriano “es insostenible”. El primer problema es que desde el 2014 ya se empezaron a generar déficits de caja, es decir, lo que aportan los afilados ya no alcanza para pagar a los jubilados y otros beneficiarios. Para el 2020, los aportes son de $ 2.429 millones, pero los pagos se ubican en $ 4.282 millones, es decir, un déficit de 1.895 millones: para el 2021, ese déficit sube a $ 2.333 millones y para el 2025 es ubicará en $ 2.794 millones.

Además, el sistema está diseñado de tal forma que los beneficios que el afiliado obtiene son mayores a los aportes que hace durante la vida laboral. El afiliado paga solamente el 20% de lo que termina recibiendo cuando ya es jubilado.

Un sistema de este tipo se podía mantener cuando había una amplia población activa y pocos jubilados. Sin embargo, ahora existen cinco afiliados aportantes para mantener a un jubilado, cuando lo necesario es que existan ocho. Con el cambio demográfico, sube el número de jubilados, no hay suficientes aportes y se produce el déficit de caja. A este ritmo, en el 2040 habrá solamente tres cotizantes por jubilado, lo que generaría situaciones explosivas en la parte fiscal, aseguró.

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Adicionalmente, el fondo de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) estaba hasta abril del 2020 en $ 7.200 millones, pero es poco líquido. Por ejemplo, el 52% de esas reservas está en préstamos hipotecarios, que no pueden hacerse líquidos a corto plazo. También hay un 22% en bonos del Gobierno. Este tipo de activos no se pueden hacer líquidos de manera ágil.

Así, de acuerdo con De la Torre, si se toman en cuenta los activos líquidos del sistema y si se hace una proyección de los déficits que se van generado, y teniendo en cuenta que al Gobierno le será difícil pagar la contribución del 40%, las reservas para el 2022 podrían agotarse.

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Adicionalmente, el valor de la pensión está por fuera de los parámetros que se usan en la región. La pensión que se recibe en Ecuador es alta en comparación a otros países, pero el aporte que se tiene es muy bajo. La pensión máxima es tres veces el salario medio de un ecuatoriano. En el caso ecuatoriano, para el cálculo de la pensión se toman en cuenta los cinco mejores años del afiliado, mientras en otros países se hace un promedio de diez a quince años, o incluso de todos los años de aportación.

Rudolph, por su parte, expuso que a más del subsidio que ya se registra, los aumentos de la cobertura “sin financiamiento” debilitan la solvencia del sistema. Además considera que el sistema es regresivo, porque favorecería más a los afiliados con mayores ingresos.

El ministro Mauricio Pozo explicó que este diagnóstico es parte del trabajo que se había ofrecido por parte del Gobierno en el sentido de adelantar estudios de tres reformas estructurales: de pensiones, laboral y tributaria. Explicó que el trabajo se realizó con el contingente del Banco Mundial sin costo para el fisco. Será un insumo esencial para que el próximo Gobierno. Aclaró que no contiene una recomendación de políticas, sino tan solo una descripción del problema del fondo de pensiones.

En la elaboración del tema participaron técnicos y académicos como Vicente Albornoz, Ignacio Apella, Simón Cueva, Alberto Dahik, José Hidalgo, Rodrigo Ibarra, Fidel Jaramillo, Pablo Lucio Paredes, Jorge Madera, Miguel Faruk, Abelardo Pachano, Gladys Palán, entre otros.

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El presidente del Consejo Directivo del IESS, Carlos Luis Tamayo, consideró que este diagnóstico ayudará a tomar decisiones y con este también se deja una ruta trazada de hacia dónde ir.

Ley de Educación Intercultural genera mayores problemas

En un tema adicional, Augusto de la Torre advirtió que la Ley de Educación Intercultural, que se aprobó el 10 de abril pasado, y que flexibiliza las condiciones de jubilación para los maestros, perforaría más aún al ya débil sistema de pensiones. “No hay financiamiento, ya estamos con una situación difícil”, comentó.

Sobre el mismo tema, Calos Luis Tamayo, presidente del IESS, dijo que se está haciendo un análisis jurídico y técnico sobre la ley. Explicó que no hay estudios actuariales que prevean esas condiciones de jubilación más flexibles, y de lo que se sabe la ley no cuenta con el fondeo necesario. Dijo que próximamente se tendrá una postura dentro del ámbito técnico y legal que se hará llegar ante todos los organismos competentes. (I)