Al cabo del primer año del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que inició el 24 de febrero del 2022, los precios del aceite comestible, uno de los productos en los que más se sintió el impacto de la guerra, incluso en el Ecuador, se estabilizó.

Antes del estallido del conflicto los 900 ml de aceite comestible en el mercado nacional se vendía en un promedio de entre $ 2 a $ 3 dependiendo de la marca y tipo de aceite, los de canola o girasol estaban entre $ 2,34 y 3,07. Sin embargo, tras el inicio de los combates los precios empezaron a subir y llegaron a bordear hasta los $ 6 y en el caso de aceites especiales, como los de oliva, sobrepasaron los $ 10.

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Mostrando facturas, Verónica, una ama de casa del norte de Guayaquil, enseñó que en enero del 2022, cuando los precios estaban normales y no había conflicto bélico, pagó por 900 ml de aceite de canola $ 3,07, mientras que en junio de ese año, ya con la guerra, pagó $ 4,39. La semana pasada pagó $ 3,65.

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Y es que entre mayo y julio del 2022 ocurrieron las alzas más drásticas. En mayo el precio del aceite crudo de palma, la materia prima para los aceites vegetales comestibles, trepó al 223 % más que en mayo del 2021. Asimismo, el de girasol escaló 200 %, canola 176 % y soya 196 %, lo que generó que los precios de los aceites en el mercado local también se disparen y llegar en algunos casos hasta más del 80 % más caros.

Es el caso del aceite de palma, su precio por tonelada en febrero del 2020 fue de $ 682 y tras el conflicto alcanzó los $ 1.945.

¿Por qué subió el precio del aceite?

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Óscar Calahorrano, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de la Cadena Productiva del Aceite de Palma (Propalma), reconoció que el abastecimiento mundial de aceites comestibles fue uno de los principales problemas derivados del conflicto debido que Rusia y Ucrania son los mayores productores de aceite de girasol.

Ucrania representa el 30 % de producción de girasol del mundo y Rusia representa entre el 27 % y 28 %. Entre los dos países suman del 57 % al 58 % de la producción mundial de girasol.

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“En el inicio de la escalada bélica este abastecimiento desapareció del mapa global impulsando a los consumidores mundiales a buscar a toda costa sustituir el girasol de Ucrania y Rusia por otros aceites como el aceite de palma, el más competitivo y de mayor rendimiento del mundo”, explicó el experto, quien añadió que ante esta coyuntura, que se agudizó por la restricción de exportaciones de Indonesia, principal exportador de aceite de palma del mundo, el precio de la tonelada de aceite crudo de palma se cotizó a los niveles más altos de todos los tiempos.

No obstante, para septiembre de ese año los precios de los aceites empezaron a bajar y a estabilizarse debido a que los precios internacionales de las materias primas empezaron a equilibrarse.

“Tras doce meses desde el inicio del conflicto el mundo ha encontrado nuevos equilibrios temporales para el abastecimiento de materias primas, uno de los principales rubros impactados por la guerra. Los corredores comerciales pactados entre los dos países han abonado a esta relativa tranquilidad de abastecimiento que se refleja con mayor claridad en los mercados desde el tercer trimestre del 2022″, explicó Calahorrano, quien sumó a esta nueva certidumbre la mayor producción estacional de aceites comestibles de Asia que tranquilizaron el mercado con una perspectiva de abastecimiento suficiente que se reflejó en el ajuste de los precios de los aceites comestibles y sus derivados.

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Por ejemplo, la tonelada de aceite crudo de palma que en julio estaba en $ 4.077, en septiembre bajó a $ 2.788, una reducción del 31,6 %. Asimismo, el aceite de canola registró una baja del 16,5 %, el de girasol de $ 12,3 %, mientras que el aceite de soya registró un alza del 0,7 %.

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En tanto, las cifras más actualizadas de los precios del aceite crudo de palma, según la página de Propalma, del pasado 22 de febrero del 2023, son de $ 1.000 por tonelada, casi el 50 % del precio que alcanzó durante los primeros meses del conflicto bélico. En supermercados actualmente los precios de la botella de 900 ml de aceite están entre $ 2,59 y $ 3,70 dependiendo de la marca y tipo de aceite.

Sin embargo, pese a la estabilización de precios existen retos casa adentro, advirtió el presidente Ejecutivo de Propalma, al asegurar que se debe trabajar en estrategias que prioricen el abastecimiento local, la necesidad de privilegiar el consumo de aceite de palma ecuatoriano y también tener en cuenta que el mercado nacional no está aislado del mercado internacional cada vez más globalizado.

“Un claro ejemplo fue lo vivimos durante el inicio del conflicto con los precios internacionales superando semana tras semana los máximos históricos, esta realidad exigió que el precio local de la materia prima y productos elaborados deban ajustarse a ese ritmo para mantener la provisión nacional, de lo contrario las ofertas de compra externa ponían en riesgo el suministro de aceite de los ecuatorianos”, explicó el dirigente gremial, quien aseguró que para la cadena productiva los precios positivos fueron un respiro para mantener su productividad ante el acelerado incremento de insumos productivos como los fertilizantes y para enfrentar también el embate de la pudrición del cogollo que ha exterminado más de 110 mil hectáreas de cultivo en la provincia de Esmeraldas.

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En este contexto, Calahorrano cree que otro de los retos será reactivar la producción de Esmeraldas y señaló que es imprescindible una política pública de apoyo urgente para erradicar las plantaciones afectadas, proteger la zona sur, apoyar la resiembra y la reactivación del sector a través de líneas de crédito acordes a las necesidades de los productores de palma ecuatorianos. (I)