Las condiciones para la entrega de microcrédito en el Ecuador se han deteriorado en trece años: mientras en 2008 se realizaron 1,2 millones de operaciones de microcrédito en el sector financiero, para el año 2020 solo se entregaron 648.000 operaciones de este tipo. Lo más preocupante es el cambio registrado en la estructura de montos: “cada vez hay un número menor de operaciones de menos de $ 1.000 (minoristas) y uno mayor de montos altos, que son de más de $ 1.000 (acumulación simple y ampliada). Así, mientras en 2008 había operaciones en promedio de $ 300, para el 2020 el promedio ha sido de $ 1.000.

Así al cabo de trece años hay “menos operaciones con mayores montos promedio de crédito, pero en menos manos”. Este es el principal hallazgo detectado por la aplicación de una metodología de fijación de tasas a través de techos. Esta metodología vigente en el país buscaba bajar las tasas para los clientes y lograr un acceso al crédito. Sin embargo, el objetivo no se cumplió. Así lo informó la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD) al presentar su estudio Tasas de interés activas en el mercado crediticio ecuatoriano.

Este estudio resulta importante, justamente dentro de la coyuntura en la cual el Banco Central del Ecuador afina la nueva metodología de cálculo para las tasas de interés. El gerente del Banco Central, Guillermo Avellán, ha dicho que la metodología deberá presentarse hasta el 30 de agosto próximo ante la Junta de Regulación Monetaria y Financiera. Ha indicado que lo que se buscaría es mejorar el acceso al crédito, es decir, ampliar la inclusión financiera. Adicionalmente, el objetivo es evitar que los sectores más vulnerables deban acceder a un crédito ilegal que es el chulco y que cobra tasas exponencialmente más altas.

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La investigación de la RFD tiene el objetivo principal de dar a conocer el funcionamiento y las implicaciones de una fijación de tasas por decreto, tanto para las entidades financieras como para la población ecuatoriana. Ante los datos, la Red recomendó al Estado establecer metodologías técnicas, que contemplen la realidad del mercado, los costos en los que deben incurrir las entidades financieras. Además que se establezcan productos orientados a grupos vulnerables, a grupos no atendidos, que apoyen la reactivación económica y la inclusión financiera.

La propuesta fue presentada ante organismos de control la semana pasada. De acuerdo con Valeria Llerena, de la Red, existe apertura por parte del Banco Central para escuchar las propuestas de los sectores, y esperan que este estudio sirva también como insumo. Explicó que la RFD ha pedido una reunión con el BCE.

Paralelamente, un segundo estudio denominado: Represión de las tasas de interés alrededor del mundo (Interest Rate Repression Around the World), elaborado por el Banco Mundial (BM) en 2020 coincide en que “si los gobiernos restringen las tasas de interés y remplazan los mecanismos eficientes de asignación de mercado con procesos de control de tasas, el resultado es que el capital asignado es menos eficiente”.

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Este estudio del BM indica que se necesitan mercados competitivos libres que garanticen que esa asignación resulte más eficiente, dice la Alianza por la Inclusión Financiera formada por la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), la Asociación de Organismos de Integración del Sector Financiero Popular y Solidario (Asofipse), la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif) y la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD).

Una asignación eficiente de los recursos implica que las entidades del sector financiero puedan entregar recursos a tasas de interés que se ajusten al perfil de cada cliente, y se reduzca así la exclusión financiera. (I)