Fabián Carrillo se encuentra al frente del Banco de Desarrollo del Ecuador hace cuatro meses y medio y está empeñado en generar procesos de expansión de la entidad financiera que permitan aumentar los cupos de acceso al crédito de $ 500 millones a $ 1.126 millones. El actual gerente, y quien había ocupado el cargo de viceministro de Finanzas en el gobierno de Lenín Moreno, llega al cargo por invitación del ministro de Finanzas, Simón Cueva, y con la aceptación de los miembros del Directorio. El ejecutivo relata cómo se ha desarrollado la reestructura del Banco, en pos de generar un círculo virtuoso que conjugue buenos proyectos, a lograr resultados, si se conjugan tres elementos, se conjugan buenos proyectos, buenos ejecutores y acceso al crédito en mejores condiciones.

¿El presidente Lasso ofreció en estos días a los GAD mejores condiciones de los créditos como bajar tasa y extender plazos, exactamente cómo lo están pensando?

Como marco general le puedo decir que primero nuestro equipo ha buscado poner la casa en orden. Y buscamos financiar en buenas condiciones a buenos proyectos, en el que participen buenos ejecutores. Nuestro equipo se está ocupando de que las iniciativas estén fundamentadas en estudios bien hechos, que cuentan con diseños pertinentes y presupuestos consistentes. Además estamos organizando cuatro unidades: una de costos, otra de preinversión, otra de cambio climático y otra de app. Por ejemplo, en la de costos se analizan por primera vez los costos unitarios y se han visto bastantes oportunidades de mejora. En cuanto a buenos ejecutores, queremos que los GAD se manejen con finanzas ordenadas y con modelos de gestión que permitan sostener los servicios. Esto viene acompañado con mejor financiamiento.

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¿Cuáles son esas nuevas condiciones de financiamiento?

En estos cuatro meses hemos incrementado los cupos agregados totales de $ 500 millones a $ 1.126 millones. Esto lo acabamos de comunicar a la Asociación de Municipalidades esta semana. De esta manera hemos duplicado prácticamente el cupo de acceso al financiamiento. Un segundo elemento es la reducción de tasa del 7,5 % a 5,5 % para proyectos de agua potable y alcantarillado. Y finalmente se ha decidido ampliar los plazos también para agua potable y saneamiento que estaban en hasta 15 años, a un plazo de hasta 25 años.

¿Desde cuándo se aplican las nuevas condiciones?

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Los proyectos que presenten desde enero tendrán el acceso. Al momento el Banco ya está en proceso de cierre del año. Con esto se logra promover el proceso de reactivación productiva, pero además la provisión de agua segura, dentro del proceso de combate de desnutrición crónica.

¿Cómo logran esta duplicación del plazo, de dónde viene este dinero?

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Es desafiante sin duda, pero uno de los objetivos es duplicar el tamaño del Banco, duplicar la cartera 2021 y 2025. ¿Bajo qué consideraciones?: el patrimonio del Banco asciende a $ 700 millones y este nos permitirá apalancar activos entre $ 5.000 millones y $ 7.000 millones. A riesgo del patrimonio del Banco podemos captar recursos en el exterior, para canalizarlos en mejores condiciones de crédito. Los dineros pueden venir de multilaterales como la CAF, la Agencia Francesa de Desarrollo, el Banco Mundial, el BID. También de bancos de inversión como el Banco de Desarrollo de China.

¿Cuánto podrían conseguir y qué figuras usarían para ello?

Hemos identificado la posibilidad de cerrar operaciones por $ 2.165 millones en 2022. En cuanto a las figuras, podemos plantear a inversionistas que inviertan recursos en el Banco. Se captan recursos y se dan préstamos. La política financiera dicta que un banco puede crecer entre 9 y 10 veces de su patrimonio. La idea es que nosotros contratamos una operación con la CAF, ellos nos prestan, el Banco presta a los GAD para proyectos de agua potable. El Banco paga con lo que pagan los GAD.

Pero entonces, por lo pronto, todo se basará en créditos con multilaterales que dan una baja tasa, no titularizaciones ni otras figuras…

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No descartamos ninguna figura. Sin embargo, el desafío son los costos. El riesgo país aún es alto, aunque ha habido una reducción significativa. Tampoco descartamos tener acuerdos con el sistema financiero local. Estamos también trabando con Conafips para impactar más en temas de desarrollo en los territorios. Con los bancos privados y cooperativas medianas y grandes buscamos emprender proyectos de desarrollo. También trabajamos en la optimización de tesorería y, por ejemplo, nuestras inversiones en títulos estamos dirigiéndolas a crédito.

¿El BDE tiene riesgo de perder en este modelo?

Una de las fortalezas del Banco es el modelo de negocio, cobramos con pignoración de rentas de acuerdo con la ley. Por ello, nuestra cartera vencida es 0 %. Hay varios créditos que requieren garantía soberana, pero también estamos buscando que haya otras operaciones sin necesidad de garantía y que estarían al 4 y 4,5 %.

El cupo que usted menciona se duplicará, ¿en cuánto tiempo se lo entregaría?

Esperamos el próximo año colocar o generar cartera por proyectos entre $ 300 millones y $ 400 millones adicionales. También estamos trabajando en mensualizar las metas del Banco. Pero quiero recalcar que esto no es un esfuerzo solo del Banco, sino un esfuerzo conjunto, que tiene el acompañamiento del Banco.

¿Puede comentar la situación general del Banco?

La estructura financiera del Banco es de $ 2.400 millones en activos, unos $ 1.700 millones en pasivos, y $ 700 millones en patrimonio. Es una entidad con gran expectativa de crecimiento, pues ahora es como la mitad de un banco comercial mediano. En cuanto al riesgo, tiene calificación AAA- a septiembre pasado, que es la mejor que tiene una entidad de banca pública en el país. Esto nos permite soñar en tener una expansión de balance en términos de calidad y cantidad. Nuestra rentabilidad es de dos dígitos. El Banco no se enfoca en metas de colocación, pero sí en tener mejores proyectos, como habíamos mencionado. En todo caso, este año ya se han entregado $ 137 millones hasta el momento y podríamos cerrar el año con $ 280 millones. En 2022 nos hemos puesto como objetivo desembolsar entre $ 650 millones y $ 680 millones, de los cuales $ 300 millones a $ 400 millones son para agua y alcantarillado. (I)