Ecuador terminará importando unos $ 7.500 millones de barriles de combustibles, entre diésel, naftas de alto octano GLP, gasolina de avión y otros en el 2022. La cifra, citada por analistas y el propio ministro de Energía, Fernando Santos, sale de una proyección al tomar en cuenta que hasta septiembre de este año, se ha importado $ 5.632 millones, y que este año con los precios tan altos ha estado importando a un ritmo de $ 600 millones cada mes; es decir faltan por importar unos $ 1.800 millones más en el último trimestre.

Los recursos dedicados para la importación de combustibles se han debido triplicar en los últimos tres años. Mientras en 2020 se importaron $ 2.330 millones, para 2021 fueron $ 4.522 millones, mientras este año serían los $ 7.500 mencionados.

Los altos precios, así como la baja capacidad de refinación de Esmeraldas hacen que el país tenga una carga cada vez más pesada en la importación de derivados.

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La escalada de precios le pasa factura al país. Solo entre enero y septiembre de este año, el país debió importar $ 2.114 millones en diésel prémium, cuando en el mismo periodo de 2021 había importado $ 963 millones. La nafta de 93 octanos le costó al país entre enero y septiembre del 2022 unos $ 1.159 millones, mientras el año pasado fueron $ 917 millones. El GLP también representó en lo que va del año $ 648 millones, cuando el año pasado fue $ 482 millones. El costo de importación subió 82,6 %, mientras el volumen apenas creció en 6 %.

Ecuador en la actualidad es deficitario de combustibles. El propio ministro Santos dijo esta semana que lamentablemente en la Refinería de Esmeraldas, que fue repotenciada a un costo de más de $ 2.000 millones durante el correísmo, no se produce sino el 40 % de combustibles, mientras el 60 % es un remanente al que hay que añadirle diésel “para poderlo vender a precio de gallina enferma”.

Jorge Luis Hidalgo, analista energético y gerente de GreenPower, ratifica que este año importaremos cerca de $ 7.500 millones en combustibles y de estos $ 4.000 millones destinaremos para subsidios. Este valor representa más de lo presupuestado para educación, salud o seguridad (incluidos salarios de profesores, médicos, policías y militares).

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“Si se entrega más dinero en subsidios que en educación simplemente estamos condenados al subdesarrollo”. Asegura que en el imaginario es “normal” importar. Pero en los últimos 15 años hemos importado más de $ 65.000 millones en combustibles.

No obstante, Hidalgo considera que la producción nacional de gas natural representa una gran oportunidad de sustituir otros combustibles fósiles por ser 70 % más económico y amigable con el ambiente. En este sentido ve positivas las declaraciones del ministro Santos que ha dicho que priorizará y agilitará la licitación del campo Amistad.

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Considera que la postura de Santos va en la línea de lo que el presidente Guillermo Lasso acordó en Glasgow: aprovechar el gas que desperdiciamos en mecheros y cuando visitó Campo Amistad donde mencionó que el potencial es cuatro veces mayor al actual.

Lamenta que en cambio el anterior ministro Xavier Vera en uno de sus últimos actos internacionales, en Houston, haya dado un mensaje que más que ser alentador para atraer inversiones en realidad se convirtió en tranquilizador para importadores de gas al Ecuador, pues mencionó que los bloques de gas serán licitados recién en el 2024. En todo caso espera que las recientes declaraciones de Santos sean una buena señal para las empresas interesadas en promover la industria nacional.

Sobre el tema de los subsidios, el nuevo ministro de Energía se mostró esta misma semana preocupado, pues indicó que Ecuador venderá unos $ 10.000 millones en crudo, pero importará $ 7.000 millones en combustibles. Y de esos, $ 4.000 millones serán subsidios. En este sentido dijo alegrarse de que en los diálogos con el sector indígena ya se hayan definido los parámetros de exclusión de este beneficio. Aseguró que los técnicos del ministerio y de Petroecuador están listos para continuar los diálogos y establecer los mecanismos necesarios. Adelantó que en estos diálogos estarán también los distribuidores de combustibles. Este sector hasta el momento no había sido invitado a conversar.

Santos también aseguró que entre sus prioridades está la concesión de la Refinería de Esmeraldas, a fin de que con inversión privada se pueda generar combustible de alta calidad. Esto podría ayudar a que se ahorren unos $ 1.200 millones en importaciones. Dijo que el tema, que se lo hará con dinero privado y a su riesgo, ya quedó casi listo en el gobierno de Lenín Moreno y que por delicadeza no se lo cerró. Sin embargo, han pasado 16 meses del nuevo gobierno y no se lo ha concretado. Pero ahora, aseguró, se lo llevará adelante. (I)

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