La actividad hortícola en el país es muy variada y está concentrada principalmente en la Sierra. De los 2,6 millones de hectáreas cultivadas que tiene el país, el 9 % corresponde a superficie hortifrutícola y específicamente el 4,5 % a frutales.

La zona de la Sierra participa con el 54 % de su área sembrada en frutales, el resto en la Costa ecuatoriana con el 41 % y el Oriente con el 5 %.

Esto, según cifras del Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (Fontagro), un programa de cooperación administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que también resalta que Ecuador recibe productos transformados de frutas y verduras de Chile el 43 %, Países bajos el 20 % y Grecia el 13 %.

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Gran parte de estos productos son conservas de frutas que se comercializan en el mercado local, debido a que esta industria no es competitiva en el país.

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Durante un recorrido de un equipo de Diario EL UNIVERSO se constató que de cada siete marcas de conservas en los supermercados seis son importadas.

¿Por qué? Galo Chuchuca, técnico de Alimentos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), explica que la industria local recurre a la importación de estas frutas en conservas porque en el país no se cuenta con la uniformidad en las características de las frutas o en volúmenes de producción que sea económicamente factible para su procesamiento.

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Añade que algunas variedades son más atractivas que otras por parte de los consumidores por el tamaño o dulzor de las frutas.

“Para la industria de las conservas es muy importante contar con grandes volúmenes de fruta que tengan uniformidad y cumplimiento en los estándares de calidad según la variedad de la fruta”, menciona el experto, quien resalta que Ecuador cumple en muchos casos con los estándares de calidad, pero esto se enfoca más en las frutas frescas.

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Chuchuca cree que las frutas ecuatorianas podrían también destinarse al procesamiento de conservas. Sin embargo, indica que es necesario aún trabajar en los volúmenes de producción y estandarizar las prácticas agrícolas y de poscosechas.

La industria confirma estas desventajas en el mercado local.

Por ejemplo, Grupo Vilaseca con su marca Facundo, que comercializa conservas de piña, durazno y coctel de frutas, importa estos productos desde Grecia, Chile y Tailandia.

Juan Diego Castanier, director de Negocio Local de la firma, confirma que estas son frutas que no se producen o procesan en el país, o que en el caso de la piña no tienen la escala necesaria para llegar a los costos que países dedicados a estas producciones lo hacen.

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“El Ecuador al ser un país pequeño de población reducida, en relación con otros productores, no logra la escala de siembra, cosecha y producción necesaria para ser competitivo en estos mercados”, explica Castanier, quien asegura que el Grupo Vilaseca acapara entre el 50 % y 60 % de la industria en estas categorías.

Corporación Favorita, que tiene tres marcas de conservas: Supermaxi, Aki y La Original, también importa estos productos desde Chile y Grecia, menciona Rubén Salazar, gerente corporativo de la empresa, quien señala que bajo esas marcas se comercializan duraznos y coctel de frutas.

“Los calibres que se dan localmente no son los requeridos para este tipo de enlatados y no hay quién lo produzca localmente”, dice Salazar, quien describe que en los países de origen, Chile y Grecia, el proceso es el regular: recolección, selección, procesamiento y envasado de acuerdo con el requerimiento de la cadena.

Mientras, Andrés Pérez, director de Relaciones Institucionales de Pronaca, asegura que la firma importa únicamente frutas o variedades que no están disponibles localmente porque requieren condiciones climáticas específicas (cuatro estaciones).

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Pronaca importa desde Chile conservas de duraznos, coctel de frutas y cerezas para sus dos marcas: Gustadina, la marca estándar que cuenta con un amplio portafolio de salsas, mermeladas y conservas en general; y Rubino, que ofrece un portafolio prémium.

Mientras, Pérez resalta que Pronaca tiene un alto consumo de compra local de frutas, como mora, frutilla, guayaba, higo, uvilla, pera, tomate de árbol y piña, para la elaboración de mermeladas, siropes y otras salsas.

Pronaca tiene un alto consumo de compra local de frutas, como mora, frutilla, guayaba, higo, uvilla, pera, tomate de árbol y piña, para la elaboración de mermeladas, siropes y otras salsas. Foto: Cortesía

Kléber Sigüenza, expresidente de la Cámara de Agricultura de la Segunda Zona, lamenta que actualmente es imposible desarrollar este tipo de industria en el país, salvo para pequeños nichos de mercado artesanal.

Dice que países como Chile o Grecia tienen ventajas por su alta producción y acceso a capital barato y de largo plazo para invertir en tecnología y marketing que requiere la industria de exportación.

“Los alimentos en conserva, por su reducido tamaño y alto precio relativo, son fácilmente exportables (transables) ya que tienen un bajo costo de transporte y logístico en general, eso hace que los países que tienen altas producciones de fruta tengan ventaja comparativa por economías de escala”, explica el experto.

Por su parte, Chuchuca reconoce que en el país existen pocas iniciativas en desarrollar planes integrales que permitan el repunte de la industria de conservas de frutas.

No obstante, resalta que en la Espol existe el apoyo técnico al sector productivo en toda la cadena de valor, es decir, en el cultivo de variedades, cosecha de la fruta, producción y desarrollo de productos, planes de negocios, etc.

“Tenemos varios años trabajando en conjunto con la industria de alimentos para ofrecer alternativas y dar valor agregado a las frutas ecuatorianas”, asegura.